García Sempere, Tomás

GARCÍA SEMPERE, Tomás (Elche, 15-VIII-1923 - 14-VII-2002). Tomás García Sempere es un ilicitano cuya trayectoria vidal está marcada por la fe, la familia, La Festa y la naturaleza, reflejada en unas valiosas memorias de más de 5.000 folios.  Tomás García Sempere nació el 15 de agosto de 1923 a la misma hora en la que se coronaba a la Virgen de la Asunción. Estudió en el colegio de las Carmelitas y en el colegio del Ave María y, a los ocho años, contrajo una pleuritis que le obligó a guardar reposo durante un año en la finca familiar de La Golosa, hecho decisivo en su vida porque le convirtió para siempre en un naturalista. Una vez recuperado, ingresó en 1934 en el Instituto de Segunda Enseñanza de Elche, una de las mayores pérdidas de nuestra ciudad cuando terminó la Guerra Civil. Allí tuvo la fortuna de encontrarse con un catedrático y profesor de Ciencias Naturales, Enrique Pons Irureta, que terminaría en la posguerra –el franquismo trajo estas cosas- como maletero en la estación de Atocha y por el que Tomás García sintió siempre auténtica veneración y con el que trabajó en la creación de una colección de insectos que acabaría desapareciendo como el mismo instituto. En los primeros años de posguerra tuvo que ayudar a la familia en el negocio familiar, la famosa confitería García de la Glorieta, de la que mi madre, con sus 94 años, insiste que hacían los mejores pasteles que recuerda haber comido. La enfermedad de su padre le impidió en 1943 incorporarse al seminario de Orihuela y al año siguiente pudo estudiar peritaje mercantil en la Escuela de Comercio de Alicante. En 1945 realizó el servicio militar en Benalúa y tuvo sus primeros problemas auditivos. En abril de 1954, falleció su padre y fue ordenado sacerdote, oficiando su primera misa el 6 de mayo de ese año. Entre 1954 y 1959 estuvo destinado en la iglesia de San José y ayudó a la puesta en marcha de la Casita del Reposo. En 1960 fue destinado a Torrevieja, cuatro años y, por fin, en 1964, fue trasladado a Benidorm donde culminaría su trayectoria sacerdotal. En Benidorm primero y en el CEU de Alicante –la actual Universidad de Alicante- desarrollaría una labor docente como naturalista. En 1973 participó en un primer trabajo científico en los “Cuadernos de Fauna Alicantina” y cuatro años después, en 1977, consiguió ser premiado por la Diputación de Alicante por su investigación sobre lepidópteros ropalóceros. En 1982 se incorporó al Grupo Entomológico de Madrid y en los años siguientes a otras muchas asociaciones de defensa de la naturaleza. A principios de la década de los ochenta fue cuando comenzó a escribir sus reflexiones sobre todo aquello que rodeaba su vida. El 14 de noviembre de 1987 descubrió en Benidorm la planta de la liliácea  “Urginea Undulada (Desf) Steinh” y el 2 de febrero de 1988 el narciso “Narcissus Triandrus L. ssp. Concolor (Haw.) link”, como planta alicantina. Años después, en 1994, la tesis doctoral del profesor de la Universidad de Provence, Thierry Lelievre, incluyó una nueva especie de mariposa, dedicada al sacerdote ilicitano: “Lysandra Semperi Ajenjo”, a manera de reconocimiento por toda una vida dedicada a la investigación de la naturaleza. Y, naturalmente, un hombre ligado buena parte de su vida al Misteri, del que fue ininterrumpidamente Ángel Mayor del Araceli entre los años 1954 y 1981. Tomás aún pudo disfrutar en vida que La Festa fuera declarada obra maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial por la UNESCO, el 18 de mayo de 2001. La ciudad de Benidorm dedicó en 2002 una calle al sacerdote y entomólogo ilicitano. En su ciudad natal, una calle debería llevar su nombre.