Simeón Bernad y José Alarcón, en la calle Santo Domingo en la década de los sesenta

Imagen inédita, que datará de la década de los 60 del pasado siglo, vemos a Simeón Bernad sosteniendo en brazos a José Alarcón, su sobrino-nieto, o lo que es lo mismo, el hijo de su sobrina Lolita Coves. La imagen está tomada en la calle Santo Domingo de Elche, hoy en día, relegada al olvido.

Hay una coplilla popular que dice así:

"Amigos, ya no hay amigos,

que el más amigo la pega,

no hay más amigo que Dios

y un duro en la faltriquera."

Simeón Bernad la adaptó a su manera, y nos decía:

"No hay más amigo que un duro en la faltriquera" e insistía en que, si algo podía causar interés en alguien, ese alguien estaría contigo hasta que ese algo desapareciese... Poniendo como ejemplo el duro (el dinero). No era un hombre de Dios, pero nunca se perdía una procesión o una fiesta popular, tocando la charamita o el tambor. A buena gente, tampoco le ganaba nadie.

Son muchos los condicionantes para su existencia. ¿Existe, pues, la amistad verdadera? ¿O será una utopía, un deseo o una ilusión? Simeón Bernad era un sabio, y si él lo decía, debe ser que conocía los pantanosos terrenos de las relaciones de camaradería. En esta imagen inédita, que datará de la década de los 60 del pasado siglo, le vemos sosteniendo a José Alarcón, su sobrino-nieto, o lo que es lo mismo, el hijo de su sobrina Lolita Coves. La imagen está tomada en la calle Santo Domingo de Elche, hoy en día, relegada al olvido.

Y así, pues, "no hay más amigo que un duro en la faltriquera".