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El Pleno municipal del 11-8-1975, acordó el encargo de la redacción los proyectos para la construcción, tanto del Mercado del Sector 5º (Mercado de San José), como del nuevo edificio de la Pescadería, que ocupará el espacio de la Plaça de la Fruita en sustitución de la vieja Pescadería que será derribada en 1977. El edificio estaba dedicado además de la venta de pescado, a la Universidad Popular, oficinas municipales y sindicatos, según proyecto redactado por el arquitecto Luis Alemañ. La construcción de este edificio multifunción fue adjudicada a una empresa de Valencia (“Construcciones Rodrigo, S.A.”) el 20-5-1977, finalizando las obras dos años después. Fue inaugurado en 1980 como la construcción de mayor superficie ejecutada para este uso; sus dimensiones y proporciones eran exageradas para el entorno donde se ubica.
Estaba constituido por dos bloques unidos como un único edificio, desarrollados en una planta de sótano, planta baja y piso, de un estilo arquitectónico indefinido y formas totalmente ajenas y discordantes con el ambiente del entorno. El primer bloque, situado al norte con fachada principal a la calle Alvado, estaba destinado al uso de Pescadería en planta baja (elevada 1 mts. del nivel de la calle) y a oficinas y despachos en la segunda; el segundo bloque, más próximo al mercado, se destinó a bar-cafetería y puestos de flores en su planta baja, y a oficinas municipales y sindicatos, en la primera. Inicialmente, en la planta superior a la pescadería se pretendió ubicar la venta ambulante que hasta la fecha se realizaba en las calles colindantes al aire libre, retomando la idea de 1939 de ordenar el mercado callejero, acentuada la necesidad en este caso, al verse el espacio disponible de la plaza reducido al escaso paso peatonal. Tras los problemas surgidos con los propios vendedores, así como por la mala accesibilidad a este primer piso, se terminó descartando la idea, destinando finalmente este espacio, a la Universidad Popular. La planta sótano ocupaba la totalidad de la ocupación del edificio (unos 1.000 m2) y tenía su acceso por la estrecha calle Pintor Gonzálvez, a través de una única rampa de entrada y salida situada en la fachada sur del edificio, enfrentada a la calle de la Victoria en su encuentro con la anterior.
Es la primera vez que se plantea en esta zona, la ejecución de una planta de sótano. El uso inicial estaba proyectado como área de almacenes y carga y descarga de suministros, si bien, las escasas dimensiones de las calles de acceso y la falta de comunicación entre esta planta con la superficie del mercado, originó que desde su inauguración no llegara a usarse como estaba previsto.
Ante la inoperatividad del uso inicial proyectado, se optó por reconvertir este sótano en aparcamiento de vehículos del personal municipal, opción igualmente no exenta de problemas. Este nuevo uso supondrá un incremento del tráfico en la zona, saturando la circulación de ambas calles de acceso junto con la Corredera, lo que generó tensiones con los comercios afectados que reclamaban igualmente, el uso propio de este parking. Además, a esta situación hubo que añadir los problemas constructivos de filtraciones de las aguas del pescado de los desagües de la planta superior, que se intentó subsanar sin éxito, con la colocación de una bandeja chapa metálica a modo de cubierta en la planta sótano, que recogiera estas aguas. La planta sótano, terminará siendo literalmente enterrada en 1997 sin prácticamente haberse utilizado.
Si el edificio del Mercado Central de Abastos pudiera considerarse ya de una ocupación excesiva en su ubicación, al invadir la prolongación de la alineación del carrer Major de la Vila, este edificio, tanto en planta como en volumen, supondrá la saturación el espacio de la plaza en su práctica totalidad, dejando tan solo dos franjas peatonales mínimas en sus laterales. Incluso se llegó a plantear la posibilidad, dada la proximidad ente ambos edificios, de comunicarlos mediante una pasarela volada que los uniera por su planta segunda, idea que finalmente fue descartada.
Tendrá una corta y polémica existencia, hasta su total derribo por supuesta ruina tan solo dieciséis años después de su apertura, dejando de manifiesto el fracaso de su concepción, tanto en su previsión de usos y funcionalidad, como por el elevado costo que supuso.
La demolición del edificio se planteó en dos fases: la primera del bloque más cercano al mercado (oficinas municipales) en febrero de 1996 y el resto, destinado a Pescadería en mayo de 1997, ambas según sendos “Proyectos de Derribo” del arquitecto municipal Julio Sagasta. Este mismo técnico será quién en febrero de 1997, redacte el proyecto de las obras de “Reubicación de Pescadería en el Mercado Central”, al efecto de trasladar los puestos de venta de pescado a la parte de los bajos del edificio del Mercado, compartiendo espacio con la venta de frutas y verduras, acondicionando el mismo y como paso previo al posterior derribo de los restos de la anterior construcción y tapado del sótano, quedando así conformado el espacio y las edificaciones que actualmente conocemos.
Fuente: PALANTIR, (2012). El Mercado Central de Abastos de la ciudad de Elche, antecedentes históricos y entorno urbano / Gregorio Alemañ García (2). [Página web] ¿...Y por qué no un blog...? [Recuperado el 19 de septiembre de 2021] <https://www.yporquenounblog.com/2012/05/el-mercado-central-de-abastos-de-la_17.html>
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