Verdú Maciá, Vicente

Elx, 30 de marzo de 2019

 

Buenas tardes señoras, señores.

 

Hoy vuelve a ser un día importante para Elx porque hoy el municipio concede su máxima distinción a un hijo predilecto, a un ilicitano, Vicente Verdú, que desde este lugar del Mediterráneo, como dejó escrito Juan Cruz -autor de su Laudatio y que nos acompaña hoy-, supo desarrollar un modo insólito de interpretar la realidad que nos rodea, mezclando los sabores de esta tierra con el conocimiento exhaustivo de los colores del mundo.

 

Verdú, escritor, pintor, poeta y periodista quedará hoy reconocido por el pueblo que le vio nacer, que le admiró en vida y le sigue admirando a través de su trabajo y sus obras, y que pretende, humildemente, distinguirle con la máxima expresión institucional con la que contamos. Somos conscientes de su legado y ejemplo y por ello nos sentimos orgullosas y orgullosos de constatar cómo Vicente Verdú contó y recordó a Elche en algunas de sus muchas inquietudes intelectuales.

 

Empleamos esta palabra a conciencia: intelectual, entendiendo la misma, su significado, como la labor de lanzar la mirada a largo plazo, como el señalamiento de los ideales necesarios, como la llamada a la responsabilidad, como el favorecimiento del debate, de la propuesta y de la convivencia. Vicente Verdú así lo ejerció durante toda su vida.

 

Sus estudios universitarios le facultaron para entender el entramado social, político y económico de nuestro complejo mundo actual, y su curiosidad le llevó allí donde se fraguaba el entramado de nuestro presente, de París a Nueva York, de Occidente a Oriente, y así, salvando las estrecheces del franquismo y las fronteras artificiales, Verdú nos trajo un aire de moderno cosmopolitismo.

 

Hoy Verdú sigue siendo imperecedero, sigue siendo permanentemente actual. Sigue siendo urgente leerle y seguirle en sus charlas. Por ejemplo, sigue siendo importante ver sus intervenciones en la universidad mexicana donde nos habla del debate sobre la pertinencia del progreso, sobre el pretendido desvanecimiento de las utopías, sobre la actual revisión de viejos ideales retrógrados. Hoy, como siempre, nos preguntamos que diría Vicente Verdú sobre todo aquello importante.

 

Por cierto, en esas charlas ante un alumnado latinoamericano, en esas ponencias sobre autenticidad y copia, sobre ideales y apariencias, Vicente Verdú trata de buscar un ejemplo que lo deje todo claro, que ayude a ilustrar sus ideas y pensamientos… y en ese momento su charla se detiene, sus ojos miran a lo lejos y encuentran el ejemplo perfecto: para hablar de una insignia de autenticidad perdida por quienes más la estiman Vicente Verdú se acuerda de la Dama d’Elx y la relación de este pueblo con ella. Está grabado.

 

No será esa la única vez que en esas charlas americanas vuelva su mirada hacia esta tierra: cuando Vicente Verdú vuelve a adentrarse en el debate sobre originalidad y creación, cuando sitúa por encima de todo el valor del trabajo y la constancia, vuelve a acordarse de Elche. También está grabado.

 

Como grabada está otra de sus charlas sobre la muerte y la existencia, donde cada frase de Vicente aparece demoledora: Verdú nos dice que la muerte es lo contrario a lo actual, a lo ligero, a lo banal, a lo etéreo. Vicente nos explica que la muerte no ha sido siempre lo mismo, que ahora adquiere un sentido absoluto en un mundo individualista y que es por eso por lo que la muerte ahora está tan fuera de lugar. Por eso Vicente Verdú reivindica la vida sin pánico, la vida sin ese temor tan occidental que nos hace ignorantes, débiles, sin valentía.

 

Nos cuenta él mismo que hay que celebrar la vida como el artefacto más complejo, el más posibilista, la vida como una sucesión de sucesos extraordinarios pero sin la necesidad de accidentes o situaciones extremas: sólo sintiendo la vida como lo máximo que tenemos podemos disponer de ella. Sólo así, nos dice Vicente Verdú, la pérdida de la vida devuelve la sensación de eternidad.

 

Fue con esa pasión con la que Vicente Verdú enfrentó su vida, con la que se doctoró en Ciencias Sociales por la parisina Universidad de la Sorbona, con la que formó parte de la Fundación Nieman de la norteamericana Universidad de Harvard. Fue así como enfrentó el reto de dirigir durante años las secciones de Opinión y Cultura del diario El País. Fue todo aquello lo que le llevó a una prolífica vida de escritura, ensayo y arte. Lo que le granjeó premios como los Anagrama y Espasa de ensayo, el premio nacional de periodismo o los premios González Ruano, Miguel Delibes y Julio Camba.

 

Fue con ese rigor y respeto extraordinario con los que enfrentó cada faceta de su vida, fue así como empezó a pintar. Cuenta su amigo Alberto Corazón que “durante años Vicente no se atrevía a enfrentarse al lienzo. Solo al final se sintió lo suficientemente liberado como para pintar. Y tal y como era, se metió a fondo en ello. Con su pintura hizo una celebración de la vida". No es por ello casualidad que una de sus primeras exposiciones se realizara precisamente aquí, en Elx, en el Centro de Congresos en 2011.

 

Fue una de sus primeras exposiciones, pero hoy también debemos fijarnos en aquello que dejó escrito Vicente Verdú en su última columna, en el último párrafo de su último artículo publicado. Nos dejó escrito Vicente Verdú en “El ocaso de la eminencia” que “de confín a confín del mundo no hay ya sabios ni monumentos eminentes sino escuelas y universidades de prestigio; no hay líderes sino mostrencos vestidos de carnaval nacional”. “¿A dónde asirse pues para no atontarse más? ¿De qué fe valerse para no resbalar? La respuesta se halla en las mismas generaciones que antes dejaron la huella de sus talones sobre los lodos del solar”.

 

Vicente Verdú, nacido en Elche hacía 75 años, nos dejó el 21 de agosto de 2018. Era poeta, periodista, pintor y renacentista moderno, dejó la huella de sus talones en nuestra tierra y desde hoy nos enorgullecemos que también sea hijo predilecto de ella.

 

Mireilla Mollá, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Elche

 

Autoridades, señoras y señores, amigos y amigas. Les agradezco a todos Uds. su presencia en el Salón de Plenos del Ayuntamiento en este solemne Acto Institucional convocado para conceder el título de “Hijo Predilecto de Elche” a Don Vicente Verdú Maciá. En particular agradezco sobremanera la presencia de Antonia Isabel y José, hermanos de Vicente Verdú; de sus hijos Eduardo, Juan y Sole, y desde luego de todos los familiares y amigos que han podido acompañarnos; y, por supuesto, de Juan Cruz, adjunto a la dirección del Diario El País, periodista y escritor, pero sobre todo compañero de redacción y amigo durante casi cuarenta años de Vicente Verdú. 

 Gracias Juan por estar en Elche. Por haber compartido con nosotros recuerdos, vivencias, impresiones sobre la trayectoria profesional, sobre la vida y la forma de ser de tu compañero de trabajo, de tu querido amigo Vicente.  Nos enorgullece que un escritor como tú, que formas parte de una generación de periodistas excepcional, que ha tenido la gran responsabilidad de crear opinión en la sociedad española en un momento decisivo para la Democracia y para el país, esté en Elche, recordando la figura de un ilicitano querido, valorado y añorado.  Nuestra gratitud por tus palabras.

 Gracias también a la Asociación de Periodistas de Elche, a la Asociación de Informadores, y a la Cátedra Pedro Ibarra de la UMHE por vuestra implicación e impulso, a este merecido reconocimiento. Particularmente a Gaspar Maciá, a Genoveva Martín, a Cristina Medina y a Miguel Ors, que, junto con Pepe Ruiz, primo y amigo, habéis sido clave para que hoy estemos aquí.

 Señoras y Señores.  Me cabe el inmenso honor de expresar en representación de la Corporación Municipal y de la ciudad al completo, el profundo orgullo que sentimos por conceder el título de “Hijo Predilecto de Elche” a Vicente Verdú, al genial periodista, pensador, ensayista, poeta y pintor;  a una de las más brillantes figuras de la intelectualidad española del siglo XX, y ante todo, a un ilicitano con una capacidad única, extraordinaria, para observar el mundo y para explicarlo a los demás con su verbo y con sus pinceles. 

 Nombrando Hijo Predilecto a Vicente Verdú reconocemos a un autor que nos ha dejado un valioso legado cultural, y que a través de su obra ha compartido con nosotros su mirada profunda, mitad sociológica mitad filosófica, interesada en comprender el mundo complejo que nos rodea.   Nombrando Hijo Predilecto a Vicente Verdú, reconocemos la trayectoria profesional de un periodista que conseguía ensimismar al lector, con una capacidad de análisis de la realidad, con una visión sofisticada de lo que acontece, absolutamente inusual.  Y, al hacerlo, reconocemos la trayectoria vital de un ilicitano que recorrió y vivió en Europa, EEUU y China, pero que nunca olvidó Elche y que siempre mantuvo un vínculo estrecho con su ciudad, con sus amigos, con su familia y con las cosas de aquí.

 Un ilicitano insigne que ejerció siempre de embajador de la ciudad; de ilicitano de pro; de aficionado de su amado Elche CF, -quería por completo al Elche” ha escrito el propio Juan Cruz-.  Y, desde luego, que estuvo siempre dispuesto a colaborar en todo lo que tuviera que ver con nuestra ciudad.  Vicente pregonó nuestras fiestas, disertó sobre nuestra Constitución, el derecho a la Información y la Libertad de Expresión, se implicó en la reivindicación de la Dama, ha presentado aquí sus libros, ha expuesto su obra pictórica, se ha implicado en nuestros debates sobre el modelo de ciudad… siempre presto a colaborar y a compartir su visión precisa, profunda y policromada de cuanto acontece y nos rodea.  

 De él, de su genio creativo, cabe predicar lucidez, inteligencia, sensibilidad, ironía, capacidad crítica y, sobre todo, unas dotes de observación realmente extraordinarias, que impregnaban sus novelas, sus ensayos, su poesía y también su pintura.  Su pintura, que supuso para él una “segunda vida”; y que se plasma en los lienzos como una auténtica explosión de luz y color con una fuerza expresiva inusitada, arrolladora, que puede evocar a Sorolla, a Kandinsky o Cézanne, pero que tiene un estilo propio y totalmente deslumbrante.

 Por ello, por todo ello, y también por su bonhomía, los ilicitanos nos sentimos profundamente orgullosos de lo que ha supuesto para Elche, vuestro hermano, vuestro padre, vuestro abuelo, y queremos que su nombre perdure escrito con letras indelebles en la historia de nuestra ciudad. 

 Y también queremos que su nombre permanezca vivo en el recuerdo del día a día de la ciudad, por lo que, el nuevo Instituto con el que contará la ciudad, en Sector V, en la zona nueva del Barrio del Pla, se llamará oficialmente, Instituto Periodista Vicente Verdú Maciá, tal y como acordamos con las asociaciones de sus compañeros de la prensa. 

 Concluyo.  Estimados amigos, Estimadas amigas:

 Nos sentimos profundamente honrados por haber tenido la fortuna de contar entre nosotros con un ilicitano cosmopolita, eminente, laureado, y querido por su familia y por sus amigos y por todos valorado y respetado. 

 Un hombre lúcido, honesto y bueno, que desde hoy y para la historia queda nombrado por esta Corporación, Hijo Predilecto de Elche

 Muchas gracias a todos y todas por su presencia y por su amable atención

Carlos González Serna, alcalde de Elche.