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Soler Pascual, Emilio

Enviado por Miguel Ors Mon… el
Datos biográficos
Fecha de nacimiento
9 de octubre de 1946
Lugar de nacimiento
Barcelona
Profesión
Profesor de Universidad
Militancia
PSOE-UGT

SOLER PASCUAL, Emilio (Barcelona, 9-X-1946). Historiador, escritor y político catalán establecido en el País Valenciano, diputado en las Cortes Valencianas durante tres legislaturas (7-VI-1983 a 4-XI-1994). Licenciado en Geografía e Historia y Doctor en Historia por la Universidad de Alicante. En 1976 se afilió a la UGT y al PSPV-PSOE, al que representó en la Taula de Forces Polítiques i Sindicals del País Valencià. De 1977 a 1981 fue director en el País Valenciano de la Fundación Largo Caballero, secretario de política cultural del PSPV-PSOE y de 1979 a 1994 miembro de la ejecutiva nacional del PSPV. En el Consell del País Valencià fue director general de promoción cultural de 1981 a 1984. Fue elegido diputado en las elecciones a las Cortes Valencianas de 1983, 1987 y 1991. Fue Director general de Cultura (1984-1987), Comisario de Música 92 (1989-1992), vicepresidente del Instituto de Cultura Juan Gil Albert de Alicante (1985-1987) y vicepresidente del Instituto Valenciano de las Artes Escénicas, Música y Cinematografía (1986-1992). Fue también vicepresidente del Patronato Nacional de La Festa d´Elx. En las elecciones municipales de 1987 fue elegido teniente de alcalde de Alicante. En 1994 renunció a su escaño en las Cortes. Desde 1994 a 1996 fue Director del Centro de Desarrollo Turístico de Alicante, y entre 1996 y 1998, Director Técnico de la Universidad Permanente de Alicante. En 1998 obtuvo plaza como profesor asociado del Departamento de Historia Medieval de la Universidad de Alicante y desde 2004 hasta su jubilación en 2011, profesor contratado doctor. Actualmente es miembro del patronato de la Fundación MARQ (Museo Arqueológico de Alicante). 

Obras

La Conspiración Malaspina (1795-1796) (1990)

El País Valenciano a fines del siglo XVIII (1994)

El viaje de Beramendi por el País Valenciano (1793-94) (1994)

La aventura de Malaspina (1999)

Viajes de Jorge Juan y Santacilia (2002)

El Viaje Literario y Político de los hermanos Villanueva (2002)

Una idea romántica. El hotel Huerto del Cura (2003)

Bandoleros. Mito y realidad en el Romanticismo español (2006)

Caminos de Al-Andalus (2009)

Reconocimiento de los estrechos de Magallanes y de S. Vicente. Diego Ramírez de Arellano (2011)

Imagen de la moderna España de Jean François de Bourgoing (2012)

Diario de los viajes de Fernando VII por España (2013)

FUENTE: Viquipedia.

Con respecto a la Festa d´Elx, la exposición Món i Misteri de la Festa d´Elx (1986) en Valencia y Barcelona y la Casa de la Festa (1988) son las dos aportaciones más importantes de Emilio Soler como director general de Cultura de la Generalitat Valenciana. En agosto de 1987 Emilio Soler fue el portaestandarte en las representaciones de La Festa, junto a los electos Alfons Llorenç y Jesús-Francesc Massip I Bonet.

ALGUNOS RETAZOS SOBRE EL MISTERI.

A modo de presentación.

"Mi amigo Miguel Ors me anima telefónicamente a que cuente algunas de las aventuras (y desventuras) de mi paso por el Misteri d’Elx como Vicepresidente del Patronato Nacional. Imagino que la memoria, tan frágil ella, me habrá pasado factura en alguna de mis ocurrencias y, si es así (que seguro lo será) pido disculpas a los que se sientan aludidos o molestos por mis palabras. Lo que sí es seguro es que cuento todo lo que recuerdo (o creo recordar) de aquellos muchos años en el que el Misteri se desempolvó y trascendió las fronteras locales de Elche.

Fue por 1986 cuando, tras haber ganado el PSOE las elecciones generales de 1982 y las autonómicas valencianas de 1983, comenzaron a llegar las transferencias a la Consellería de Cultura que dirigía Cipriá Ciscar. Entre estas competencias tocó la maravilla del Misteri d’Elx, declarada como Monumento Histórico Artístico ya por el gobierno de la Segunda República Española de 1931.

Recuerdo la reunión en el despacho del Conseller en la que me comunicaba la grata nueva y su deseo de que me incorporase en mi cargo de Director General de Cultura y residente en Alicante a la vicepresidencia ejecutiva del Patronato Nacional ya que un servidor era testigo anual de la Festa y, por tanto, admirador del esfuerzo del pueblo ilicitano por mantener viva una hermosa tradición de muchos siglos.

No todo fue de color de rosa

Como casi todo lo que me proponía en aquellos años jóvenes (¡ay!), me tomé el asunto muy a pecho y, de inmediato, convoqué una reunión de la Junta Local Gestora, verdadero órgano de gobierno que solía reunirse periódicamente en la ciudad ilicitana (a diferencia del Patronato Nacional que tan solo lo hacía una vez al año con motivo de las fiestas de agosto para tratar temas ocasionales o protocolarios) y reservado, especialmente, a personalidades de importante renombre cultural.

En esa primera reunión, tras presentarme y conocer a los miembros de la Junta Local, tomó la palabra el Arcipreste de Santa María para dejar claro que el obispo Barrachina había sancionado unos nuevos estatutos que la Generalitat debía poner en práctica. Qué él, como arcipreste de la iglesia donde se desarrollaba la representación sacra, los apoyaba de forma total y que, además, contaba con la mayoría de los miembros de esa Junta Local Gestora. Apremiaba a que fuesen aprobados de inmediato. Casi al mismo tiempo, se había producido la vacante a una vicepresidencia de la Junta y, como era preceptivo, los miembros habían elaborado una terna para que el ministro de Cultura (ahora, un servidor tras las transferencias y el mandato del Conseller) decidiera cual de los tres debía ocupar el puesto.

Una vez terminada la sesión de la Junta Local, en la que aseguré a sus miembros que tanto el Presidente Lerma como el Conseller Ciscar me habían ordenado que me dedicara intensamente a la divulgación y fortalecimiento del Misteri como fiesta de todos los valencianos, regresé a Valencia con la obligación que yo mismo me impuse de que el dinero que recibía periódicamente la Festa para su representación no solamente fuera aumentado en su cuantía sino que, a partir de entonces, figurara todos los años en los presupuestos de la Generalitat, como así sucedió. A los pocos días me enfrenté a los Estatutos entregados por el Arcipreste y a la lista de nombres para ocupar la vacante de vice presidente. De las tres personas propuestas conocía intelectualmente a Tomás Martínez Blasco, profesional que, además, junto a su hermano, habían elaborado y publicado una interesante colección de Arte en el  Instituto de Estudios Alicantinos. Esa fue mi propuesta al Conseller que ratificó. Luego, me puse a leer los famosos nuevos Estatutos y me parecieron absolutamente rechazables porque, entre otras cosas, obviaban que España era una nación no confesional y otorgaban un rotundo dominio de la Junta Local Gestora a la Iglesia y en la que perdía protagonismo el Ayuntamiento y el  gobierno autonómico.

Ante la amenaza del arcipreste, así lo entendía yo, consulté con diversas personas de la sociedad ilicitana la posibilidad de ampliar la Junta Local Gestora dando entrada a personalidades del mundo de la cultura y de la empresa que pudieran aportar más ideas en el proyecto para el Misteri y, al mismo tiempo, neutralizar esa mayoría de la que alardeaba poseer el arcipreste. Creo, sinceramente, que esa nueva Local Gestora, sumada a la antigua, representó perfectamente a la sociedad ilicitana que, a través de la Junta, debía velar por la integridad y valor de una Fiesta  que era de TODOS, una festividad que, como diría Joan Fuster, al que años después nombré como Patrono Nacional al igual que, entre otros, a Julio Caro Baroja, definía como  “imatge concisa de bullentor i de vitalitat, alhora opulenta i elegant”.

Empezamos a trabajar

Se hizo público el nombramiento del nuevo vicepresidente que, obviamente, había aceptado el cargo, y la lista de los nuevos miembros de la Junta Local Gestora ampliada. La reacción del arcipreste se puede ver en el escrito que dirigió en tono tan airado como el que tuve que soportar todas las veces que discutí con él y que, además, repartió por las iglesias de la Ciudad.

Un servidor, que creía haber obrado como correspondía, trató de dialogar con el arcipreste a pesar de la extrema dureza de su escrito y no hubo forma de arreglarlo con diálogo. El problema era hasta qué punto la crisis pudiera desembocar en que por primera vez en situación normalizada y no en conflicto bélico, tras cientos de años el Misteri no llegara a representarse en Santa María.

Mi gran interlocutor para evitar la crisis fue el Presidente de la Junta Local Gestora, don José Ferrández Cruz. El estaba tan interesado como yo en solventar el problema causado por la actitud del arcipreste. De allí nació una correcta relación en la que José Ferrández creyó en mi promesa de levantar, siquiera en dos fases, la Casa de la Festa, uno de los proyectos más deseados por los miembros de la Festa y por él mismo. Ni que decir tiene que la Casa de la Festa se convirtió en realidad, primero por mi paso por la Dirección general de Cultura y, más tarde, por la del programa Música’92, siempre con la colaboración entusiasta de los ayuntamientos de mayoría socialista ilicitana y de la diputada y amiga Rosa Verdú, a quién tanto debe Elche en cuanto a infraestructura cultural. Recuerdo que tras el fallecimiento de don José, apoyé la petición de la Junta para que su esposa Teresa fuera nombrada miembro de la misma, decisión tan justa como conveniente.

¿El Misteri a Roma?

Otro hito para el Misteri, éste malogrado, fue el viaje que hicimos a Roma el Presidente Lerma, el Conseller Ciscar y un servidor. Teníamos el apoyo del Ministerio de AA EE y la complicidad de su ministro, Francisco Fernández Ordóñez para conseguir el objetivo de representar la Festa en la ciudad tiberina. Tuvimos reuniones de alto nivel con los embajadores de España ante la Santa Sede, Gonzalo Puente Ojea, con una reunión en el palacio de la Embajada de Roma, en la plaza de España,  y con el embajador español ante la República italiana, Jorge de Esteban, en su residencia de las alturas romanas. Para tratar de conseguir un espacio, visité la iglesia Nacional Española de Santiago y Montserrat (Santa María de Montserrat), monumento barroco del XVI realizado por Sangallo y donde se encuentran los restos de los dos únicos Papas españoles, los Borgia Calixto III y Alejandro VI. Como he señalado, finalmente, y esta ya es otra historia. La visita del Misteri a Roma y Vaticano no se produjo.

Mon i Misteri de la Festa d’Elx

Otro de los acontecimientos importantes para nuestra Festa fue la idea de realizar una magna exposición sobre el mundo del Misteri (probablemente de la más importantes realizadas por gobierno alguno de la Generalitat). Se nombró como responsable a un experto, Alfons Llorens, recientemente fallecido, que trabajó intensamente como era su costumbre cuando algo le interesaba vivamente, en la distribución de objetos, carteles y textos para la exposición en el emblemático espacio gótico de la Lonja de Valencia. Al mismo tiempo, se buscó la colaboración imprescindible de todas aquellas personas conocedoras de la valía de la Festa, tanto locales, nacionales e internacionales para que enriquecieran el catálogo de esa gran muestra. 

Se editó un facsimil del Consueta para que las bibliotecas valencianas supieran de la importancia del Misteri en el que adjuntaban dos estudios críticos sobre su música y la letra, realizados por Jesús Francesc Massip y por María del Carmen Gómez Muntané. También, se realizaron algunos libros de gran tirada (10.000 ejemplares de cada uno de ellos), en la colección Biblioteca Infantil, para que nutrieran los colegios de nuestro País Valenciano. Todo esto entre otras muchas realidades, tal como el magnífico diseño gráfico del artista Andreu Alfaro, quien desde el principio se involucró totalmente en el proyecto.

La exposición se inauguró en la Lonja Valenciana con la presencia del conseller Ciscar y de los alcaldes de Valencia y Elx, Ricard Pérez Casado y Ramón Pastor. Más tarde, y ya en la Seo valenciana, los miembros de la Capella del Misteri realizaron un soberbio recital del drama sacro-lírico, tal y como acostumbraban. Ni que decir tiene que la Catedral, vestida de gala, estaba abarrotada.

Tras la visita a la representación del Misteri del alcalde de Barcelona y de la concejala de Cultura María Aurelia Campmany, se decidió que estaría bien llevar esa muestra de nuestra cultura a la ciudad condal. Pronto nos pusimos manos a la obra y pocos meses después una exposición en la capilla gótica de Santa Ágata junto a la Catedral, contempló la inauguración de una muestra similar a la de Valencia por parte de Joan Lerma, con la presencia, primero, de Jordi Pujol, presidente de la otra Generalitat, y, más tarde, de Pasqual Maragall, alcalde de Barcelona. Diversos acontecimientos económicos y sociales tuvieron lugar en una semana de la presencia ilicitana en la ciudad Condal, que culminó con un grandioso concierto de la Capella del Misteri en la bella iglesia gótica de Santa María del Mar, completamente abarrotada a pesar de la tormenta que esa tarde cayó contra la urbe barcelonesa. Debo señalar que las farolas de la Gran Vía de les Corts Catalanes estuvieron durante varias semanas cubiertas con las banderolas de la exposición diseñadas por el artista catalán Antoni Tàpies: “A Elx.” La obra original de Tàpies se cedió por la Generalitat Valenciana a la ciudad ilicitana y se conserva en el Museo de Arte Contemporáneo. El resultado de las dos exposiciones fue tan generoso para el conocimiento y reconocimiento de nuestra Festa que ayudó en gran medida, así lo creo, a que el nombre de Elche trascendiera de nuestra geografía valenciana y que, años después, el Misteri fuera reconocido merecidamente por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.

Final feliz.

Ya retirado de la vida pública tuve la enorme satisfacción de que la Junta Local Gestora del Patronato, presidida por el arquitecto Antonio Serrano, me propusiera como Caballero Portaestandarte en agosto. Le mandé a Miguel Ors las dos fotos, únicas, que tengo de aquella magnífica oportunidad de continuar al lado de la Festa, acontecimiento vivido desde el otro lado del espejo. Debo manifestar que debido a mis creencias (o a mis no creencias) no besé los pies de la bella escultura que representa a la Virgen dormida, limitándome a un saludo protocolario; por otro lado, me negué a llevar el frac correspondiente y vestí un elegante traje negro de Adolfo Domínguez comprado el verano anterior en Orense. En todo lo demás, procuré ajustarme al protocolo...".

Emilio Soler, julio de 2024.

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