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Palomar Sanz, Julián

Enviado por Miguel Ors Mon… el
Datos biográficos
Fecha de nacimiento
4 de julio de 1960
Lugar de nacimiento
Legaria, Navarra
Profesión
Periodista

PALOMAR SANZ, Julián (Legaria, Navarra, 4-VII-1960). Alumno en Logroño de los Hermanos Maristas durante seis años hizo el COU en el Instituto de Educación Secundaria de Remontival en Estella. Se licenció en Ciencias de la Información en la Universidad de Navarra (Pamplona). Comenzó desarrollando su trabajo como periodista en el Diario de Navarra. Tras realizar el Servicio Militar en A Coruña, llegó a Alicante para trabajar en un gabinete de Prensa con motivo de los comicios municipales de 1987. Seguidamente estuvo en la Asociación de la Prensa de Alicante antes de recalar en Elche. En la ciudad ilicitana, dirige el Diario Elche y en febrero de 1989 desembarca en el diario Información como redactor de deportes con la tarea principalmente de seguir el día a día del Elche CF, en el que ha estado los últimos 30 años. Amante del ciclismo y de la montaña, del que tiene un blog (julianpalomar.blogspot.com) en el que recoge rutas de toda España y en especial de Elche y de la provincia de Alicante. En el deporte del pedal también ha escrito artículos de forma activa y estuvo presente en el Mundial de Benidorm y en el récord de la Hora de Miguel Indurain en Burdeos, entre otros muchos eventos de este deporte.

 Balance. Treinta y tantos años no son nada

Por Julián Palomar

 Ladislao Kubala-Carlos Aimar. Un bonito duelo en los banquillos de Elche y Logroñés significó mi debut en el diario Información como periodista encargado del día a día del conjunto franjiverde, un 5 de marzo de 1989. Frente a frente, un húngaro, que lo fue todo en el FC Barcelona, y un argentino que tenía la manía de dar con la palma de su mano derecha un golpe seco en el pecho a sus jugadores cuando accedían por el túnel de vestuarios al campo. Los riojanos vencieron en aquel partido por 1-2 en el estadio Martínez Valero gracias a los goles de uruguayo Alzamendi. La diana franjiverde fue obra del central ilicitano Javier Company.

La verdad es que mi primera crónica debió ser una semana antes frente al Celta (3-0), pero una ola de frío y nieve, que asolaba ese fin de semana a la península, me impidió llegar a la localidad gallega. Después de aterrizar en Valladolid me tocó volver a casa sin poder cubrir el partido, junto a Paco Bonet, que también se desplazaba a Vigo para ejercer de comentarista en una emisora local. Dice el refrán castellano que "no quieren los gitanos buenos principios para sus hijos" y la verdad es que no lo fueron para mí en el Elche. Un equipo al que admiraba desde niño, ya que a raíz de un Pontevedra-Elche, que emitieron por televisión, los compañeros me llamaban Lico y en Navarra mi segundo equipo, tras Osasuna, era el franjiverde. Me atraía su camiseta con la franja verde.

 Dentro del "Diario de Elche", me había tocado vivir como director el ascenso del Elche a Primera División y saborear el gol de Robi en Los Cármenes que dio el billete a los franjiverdes a la Liga de los mejores. Pero, una vez en la élite, el paso por la máxima categoría del fútbol español tan sólo duró un suspiro. Con José Sánchez Riquelme como presidente y cuatro entrenadores en el banquillo en ese ejercicio (Mesones, Kubala, Lico y Lezcano) antes de Navidad ya estaba prácticamente descendido.

Desde aquel encuentro ante el Logroñés he tenido la oportunidad de escribir 1.224 crónicas del Elche. Divididas en 90 partidos en Primera a lo largo de tres campañas; 794 (veinte temporadas) en Segunda; y 340 (ocho ejercicios) en Segunda División B.

Un equipo considerado como ascensor entre Segunda y Primera, se vio en la categoría de bronce al final de la temporadas 90-91 y en una situación límite. Los franjiverdes, dirigidos por Gustavo Silva, cayeron al infierno de la Segunda B tras perder 3-0 en San Mamés, frente al Athletic de Bilbao B.

Nada menos que seis años tardaría el Elche en salir de aquel pozo. Ciriaco Cano fue el artífice del regreso y lo logró en el Municipal de Lasesarre frente al Barakaldo tras un "play off" muy competido en el que le tocó luchar con el club vasco además de con Deportivo B y Córdoba. Enric Cuxart marcó el gol de aquel ansiado regreso al fútbol profesional. Sin duda alguna, dicho ascenso ha sido el que más me marcó, tras años de peregrinaje por el desierto de la Segunda División B en el plano deportivo y que en lo institucional la entidad rozó la desaparición.

Con la caída a Segunda B, dimitió Antonio Aledo, que había sustituido en la presidencia del club a Sánchez Riquelme. Se vivieron momentos de zozobra con la presencia de nada menos que tres máximos dirigentes interinos en menos de un año: Francisco Serrano, Antonio Castell y Antonio Medina.

El 26 de junio de 1991, Anselmo Navarro alcanzaba la presidencia. Logró sacar adelante un plan de saneamiento que salvó a la entidad de la desaparición y en el último segundo del último día afrontó los pagos por las denuncias ante la AFE y evitó que el Elche cayera a Tercera División después de que el telediario del mediodía de La 1 de TVE lo diera como consumado. Fueron años complicados en los que al club de la partida de Alzabares incluso le cortaron la luz y tuvo que utilizar un generador por falta de dinero y una deudas que lo ahogaban.

Tras la dimisión de Anselmo Navarro, el 19 de mayo de 1994, regresaba a la presidencia Diego Quiles encumbrado por el denominado "espíritu del Gran Teatro". Una asamblea extraordinaria, con el recinto a rebosar, lo señaló como el salvador. Será con el entonces propietario de la firma Kelme cuando el club se convierta en SAD.

Quiles sacó dos veces al Elche de la Segunda División B. La primera, la mencionada en Barakaldo y, la segunda, en Melilla, gracias a un gol de Claudio, en la 98-99, con Tolo Plaza como técnico. En la 97-98 se había vuelto a Segunda División B tras un dolorosa derrota sufrida en Jaén (2-1) y Delfín Álvarez como entrenador.

Ya no se volvería a competir en esa categoría maldita hasta 2017-2018. Sí se estuvo muy cerca de caer al final de la 2000-2001, pero los goles de Nano y Benja igualaron los de Gudelj y Jubera y con aquel 2-2, que todavía se recuerda entre la afición franjiverde, se evitó el descalabro frente al Compostela.

Francisco Borja había tomado el relevo del Diego Quiles y al finalizar dicho duelo frente a los gallegos decidió dimitir. Andrés Alonso, que duró unos meses, Amador Poveda y Juan Serrano fueron sus sucesores hasta la llegada de Ramón Sánchez. La idea de modernizar las estructuras del club no tuvo un final feliz y después de tres años José Sepulcre tomó posesión del cargo el 24 de enero de 2006.

Los diversos intentos por volver a Primera no tuvieron final feliz y no se daba con la tecla hasta la llegada al banquillo de José Bordalás en la 2010-2011. El Granada se llevó el gato al agua en un final de “play-off” muy intenso en el que el auxiliar anuló por fuera de juego inexistente un gol a Pelegrín que hubiera dado el premio del ascenso a los franjiverdes. En el encuentro de vuelta, jugado en el Martínez Valero, el recibimiento que tuvo el equipo cuando llegó en autobús al campo, resultó apoteósico. Jamás había vivido algo igual y se puso de manifiesto que el mejor activo que tiene el club ilicitano es su afición. Ahí se puso la base de lo que vino después.

Pero los dioses eligieron a Fran Escribá para que fuera el técnico que llevara al Elche a la tierra prometida. Tras una campaña para enmarcar, en la 2012-2013 se logró el objetivo. El equipo ilicitano fue líder del primer al último día y subió como campeón. Aunque matemáticamente se logró el objetivo en Almería en el hotel, antes de jugarse el encuentro frente a la escuadra andaluza, virtualmente, tras el triunfo unas jornadas antes frente al Villarreal en El Madrigal, ya se estaba de nuevo con los grandes.

Fueron dos años preciosos en el plano deportivo en la denominada Liga de las Estrellas, en los que los niños querían ser del Elche y no del Real Madrid o el FC Barcelona, dos campañas en las que la afición franjiverde vibró con los suyos. Pero, todo terminó con un descenso administrativo por impagos que todavía no ha digerido el seguidor de a pie del conjunto ilicitano. Y lo que es peor, con una auténtica guerra social que ha dividido al blanquiverdismo. Sepulcre no fue capaz de afrontar los pagos que le exigía Hacienda y la Liga de Fútbol Profesional y su sustituto, el valenciano Juan Anguix, tampoco solucionó el entuerto y el equipo terminó con los huesos en Segunda División por la mala gestión de sus dirigentes.

Pudo  ser todavía peor. Una gestora frenó que la caída fuera más grande y salvó al equipo de irse a Segunda B por impago a los futbolista. Con Juan Serrano como presidente, Rubén Baraja de técnico y Ramón Planes de director deportivo, se configuró una plantilla en un mes que fue capaz de salvar la categoría en la 2015-2016. Algo que no se pudo hacer a la siguiente, con Diego García ya en la presidencia y con Alberto Toril como técnico. Al menos, el paso por Segunda B sólo duró un año y en el verano de 2018, en la Ciudad Deportiva del Villarreal, se lograba el ascenso. Pacheta, que sustituyó a Josico en la recta final de la competición, consiguió el objetivo. Ahora, el burgalés trata de conseguir la permanencia con uno de los presupuestos más bajos de la categoría.

En el Rayo Majadahonda-Elche (1-3) firmé mi última crónica del Elche y puso fin a una bonita aventura que tuvo de todo en el plano deportivo, el fútbol es un juego y todo puede suceder, pero que resultó un auténtico infierno en el institucional. La entidad franjiverde tenía todo para vivir otros de sus momentos gloriosos en Primera, con un gran entrenador y una afición impresionante, pero se tiró todo por la borda por la mala gestión económica. El club está presente uno día sí y al otro también en los juzgados y la afición se siente decepcionada a pesar de llevar en su corazón al equipo de sus amores. Todavía se vive el luto de esa gran decepción y tratará de superarse dicho trauma. Este Elche, con una buena gestión, dado su potencial de su entorno, puede ser imparable.

 Balance final

A la hora de hacer balances, me quedó con Diego Quiles como el mejor presidente que ha tenido el Elche en los últimos 30 años. Felipe Mesones, José Bordalás y, sobre todo Fran Escribá, han marcado el nivel en el banquillo, aunque en su día también me sorprendió en pretemporada, con sus métodos de trabajo, Fabri, un preparador no muy querido por la afición, al que le perdieron sus modales y le marcó aquella frase que le costó su destitución: “El que quiera espectáculo, que se vaya a los toros”.

Entre los muchos futbolistas que he visto pasar por el Elche, señalo por encima de todos a Nino, por su trabajo, compromiso y calidad, aunque el gol de Cuxart en Barakaldo jamás lo olvidaré.

Mi mejor titular, sin duda alguna, el que decía, “Hola soy Edu, feliz Navidad”, tras la victoria del Elche en Valdebebas frente al filial del Real Madrid, gracias a un gol en el tiempo añadido de Albacar que sentó las bases del ascenso. Aquel Elche era ya imparable.

 Vinculado al ciclismo

Una de mis pasiones siempre ha sido el ciclismo y durante mis años de profesión he tenido la oportunidad de escribir sobre este deporte. He participado como enviado especial en varias vueltas al País Vasco y a la Comunitat, en élite, así como en las de Alicante y Navarra, de categoría amateur. También he cubierto jornadas de la Vuelta a España. Acudí a Burdeos al récord de la hora del Miguel Indurain; a Villava en varias celebraciones del navarro tras conseguir alguno de sus cinco Tour que existen en su palmarés; así como al Mundial de Benidorm de 1992 que ganó el italiano Gianni Bugno. Estuve en varias presentaciones de los equipos Reynolds (Ahora Movistar) y Kelme (una de ellas en Madrid y otras en Santa Fe de Bogotá). Con la escuadra de la garra, una de las puesta de largo fue con la formación de atletismo que se configuró con nombres de auténtico nivel internacional bajo el paraguas de la firma ilicitana. Said Aouita, José Luis González, Abel Antón o Teófilo Benito, entre otros muchos estuvieron en aquella escuadra. En el capítulo ciclista los ilicitanos contaron en sus filas con Alejandro Valverde, Vicente Belda, Fabio Parra, Sergio Heras o Santos González...

 Del fax a las redes sociales

Estos 30 años también ha sido un ejemplo de lo que ha evolucionado la profesión. De mandar las crónicas vía fax, tras escribirlas a máquina, o manejarse con un teléfono móvil, “modo ladrillo”, a utilizar el portátil y caer en los brazos de la inmediatez en su máxima expresión. Del papel, que todavía pervive, a utilizar las redes sociales para informar sobre el día a día del club al segundo. Una auténtica revolución dentro de los medios de comunicación a la que todo el mundo se ha tenido que adaptar de forma rápida.  

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