Datos biográficos
OCAÑA MORENO, Reme (Villar de Olaya, Cuenca, 31-X-1924). Hija de Regino Ocaña López y de Dolores Moreno Castillejo, campesinos que se trasladaron con sus tres hijos (Herminio, Reme y Otilio) a Elche en 1927. El padre se convertiría en guardia municipal y con el tiempo, en el muy apreciado cabo Ocaña y su madre se enseñó a hacer alpargatas en casa con ayuda de Pepica, su compañera de vivienda. Fueron a vivir a una casa en la calle Santos Médicos, compartida con otra familia sin hijos, con dos cocinas de carbón y leña, dos habitaciones para cada familia y un comedor y un patio comunes. El padre fue un hombre que actuó siempre "mirando al trabajador", pero ayudó siempre a quienes lo necesitaron. En una ocasión, escondió a un hombre de derechas dentro de una alfombra hasta llevarlo a su casa por la noche con su capa de guardia. También avisó al alcalde socialista Manuel Rodríguez que no saliera una noche porque había escuchado que lo iban a detener. El célebre personaje "El Gorila" cuando se emborrachaba y los guardias lo querían llevar al retén, solía decir "si no viene Ocaña no subo". El sueldo de su padre, siete pesetas diarias y los trabajos de su madres les permitieron salir adelante en los años anteriores a la guerra, cuando el pan de cada día se pagaba una vez al mes. Reme fue muy poco a la escuela porque la única que fue era una habitación junto a un taller de carpintería y cada dos por tres venían maestras diferentes. Hasta que llegó la guerra se ocupó de ayudar a su madre en las tareas de la casa. Cuando iba a comprar tenía prohibido por su padre decir de quien era hija para que no lo regalaran nada. En alguna ocasión a la niña le llegaron a llamar "La Municipala". Todavía recuerda comprar coñetas para tirarlas desde los balcones de Santa María el día de la prova del àngel y que, aunque en su casa se hablaba castellano, en la calle utilizaba el valenciano. Tampoco se le ha olvidado el sábado de gloria cuando a primera hora la gente tiraba a la calle todos los trastos inservibles.
Antes de la guerra y por el ambiente de tensión que se vivió, el padre pidió la excedencia como guardia municipal y la familia volvió a Cuenca, a una posada propiedad de los abuelos, por lo que pasaron la guerra allí. Su madre, Dolores, murió a los 45 años y su padre volvería a casarse con una ilicitana, Doloretes Ceva Juan.
Reme volvió de Cuenca a Elche a finales de la década de los cuarenta y trabajó en su casa para fábricas de calzado como la de "La Felipa" (la madre de Vicente Quiles), zapatos Sánchez y otras. Se casó con Vicente Masó Manzanares, chófer de profesión, que trabajó para los Carancha y la Ruta Ibérica hasta convertirse en taxista. Su marido murió a los 63 años. El matrimonio tuvo tres hijos (Luis, 1945; Enrique, 1948-2024 e Isabel, 1952). Reme trabajó como aparadora tantas horas que llegó a ganar a la semana, 500, 700 y hasta mil pesetas, con jornadas que comenzaban a las seis y media de la mañana -preparar desayunos y comprar el pan a las siete cuando abría la panadería- trabajar todo el día y por la noche, sin máquina para no hacer ruido, hasta las doce. Tanto trabajo le permitió comprar una casa en la calle Teniente Ruiz Bru y, con el tiempo, poder donar un piso a cada uno de sus tres hijos. Cuidó durante muchos años a su padre, a su marido, paralítico durante 13 años y a Doloretes, la segunda mujer de su padre.
Buena aficionada a la lectura. Le encantan los libros de Historia y la obra de Tolstoy y Cervantes, progresista como su padre -"siempre del lado del trabajador"- y nada creyente -"más vale creer que averiguar", dice con sorna-, disfrutó con los viajes que pudo hacer con sus dos queridas amigas Rosario y Paquita por Italia, Suiza, Alemania, Portugal y buena parte de España. Cumplidos los 60 años superó un cáncer de estómago y hoy, a pocos meses de cumplir los 100 años, mantiene un estupendo sentido del humor y disfruta de sus cinco nietos y sus seis biznietos.
Un placer haberla entrevistado.
Entrevista de Miguel Ors Montenegro, 3 de mayo de 2024
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