Datos biográficos
MARTÍNEZ GARCÍA, Rafael (Elche, 4-X-1967). Nació en la clínica de la Sagrada Familia. Creció en el barrio de Altabix, cuando todavía se llamaba barrio Lonja y los autobuses entraban y salían por calles a medio construir. Es el único varón entre dos hermanas, Marga (1966) y María (1975). Su padre, nacido en Elche e hijo de inmigrantes procedentes de Yecla (Murcia), era encargado de la ENVASA en “La Zapatillera”. Hombre serio y formal, de él aprendió a ser cumplidor en el trabajo y puntual siempre. De su madre, modista y ama de casa, la afición a dibujar y a escuchar historias. Grandes lectores ambos, a ellos les debe el amor que siempre ha profesado por los libros. Apenas con diez años se hizo el carné del bibliobús, donde empezó con La Odisea, Los Tres Mosqueteros, Dickens, Verne… Los Cinco, Los tres investigadores y los volúmenes de naturaleza vendrían un poco después. Entre sus primeros recuerdos escolares se encuentra el colegio de la “señorita Angelita” -viejo edificio de escalera empinada-, donde hizo amigos que aún conserva, cómplices de aquel tiempo y aquellos lugares. Alguna vez, la señorita Angelita les llevó de excursión por los palmerales de los alrededores. Cuando tocaba regresar a clase, alguien tañía una campana y el grupo se reunía para emprender la vuelta. En casa solo se veía la primera cadena en blanco y negro, suficiente para tener un recuerdo imborrable de programas como La Casa del Reloj, Los Chiripitifláuticos, Los Camioneros y los anuncios de mantas y estufas. Mazinger Z y Curro Jiménez llegarían - ya en color – algo más tarde. La EGB la estudió en el colegio Víctor Pradera, inaugurado a comienzos de los setenta. De los trayectos al centro educativo recuerda el ruido de las máquinas de aparado que se escapaba de casas y locales; la tienda de Enrique, el kiosco de Susi y aquellos solares que, poco a poco, fueron llenándose de pisos para los nuevos vecinos de Albacete, Granada, Jaén y tantos otros lugares de una geografía entrañable aprendida a pie de calle. Altabix albergaba el campo de fútbol, la lonja de frutas y verduras y el cuartel de la Guardia Civil; una barriada de trabajadores rodeada de huertos por los que la chiquillería hacía excursiones, armada de cuadernos de campo, cantimploras y -de noche- linternas; algunas veces, con cepos y rifles de aire comprimido. El bachillerato lo cursó en el instituto La Asunción, donde compartió pupitre y estímulos con mucha gente a la que no ha dejado de saludar a lo largo de estos años. Al igual que en el colegio, aquí también tuvo la suerte de contar con excelentes profesores, algunos tristemente desaparecidos, a los que recuerda con cariño y agradecimiento. Estudió Geografía e Historia en la Universidad de Alicante, donde con el tiempo (2017) se doctoró con la defensa de una tesis sobre museos y geografía. Entre otros trabajos, vinculado al Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil Albert y a la Universidad y Ayuntamiento de Alicante, desde hace más de veinte años ha venido desarrollando su actividad profesional en diferentes museos, como el MAHE, el de La Festa o el Marq. Actualmente es el director del Centro de Cultura Tradicional – Museo Escolar de Puçol.
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