García Martínez, Juan

GARCÍA MARTÍNEZ, JUAN (Hoya Gonzalo, Albacete, 1955). Con once años, llegó a Elche junto a su familia y comenzó a trabajar en el calzado como cortador. Como relata, “en el calzado se trabajaba a destajo, con sueldos muy por encima del salario del convenio. Además, las condiciones laborales en aquella primera etapa, como hacía falta mano de obra, eran relativamente cómodas. Cuando a alguien no le interesaba un trabajo, enseguida tenía otro. A principios de los años setenta era fácil dejar de trabajar por la mañana y por la tarde estar trabajando en otro sitio”. Ingresó en la HOAC con unos 15 años gracias a los contactos con un amigo, Vicente Pamies, que ya había hecho un cursillo en la parroquia de San Juan. Fue de los promotores del Club del Carmen, situado en el barrio de Carrús y, posteriormente, del de L’Albà, en el barrio de La Asunción. Con 17 años ya era enlace sindical, ya que los militantes de la HOAC, al igual que los de Comisiones Obreras, se mostraron partidarios de la estrategia de “entrismo” en el Sindicato Vertical. Colaboró con Comisiones Obreras desde prácticamente sus inicios en Elche, y se afilió posteriormente, una vez legalizado y reconvertido en central sindical. También por ese entonces ingresó en el PCE y abandonó la HOAC. En 1976 formó parte de la Comisión Negociadora encargada de abordar el Convenio de la Piel con la patronal, y en 1977 fue el responsable de coordinar el Movimiento Asambleario en Elche y en la provincia. Durante el tiempo que duró el Movimiento Asambleario, como revela, “estábamos sometidos a presiones del MPAO e incluso llegaron a haber presiones de ETA Político-Militar. A mí me llegaron a amenazar en un bar de Elche con limpiarme si reventábamos la huelga”. En 1978, tras las elecciones sindicales, abandonó el PCE y Comisiones Obreras, aunque era una decisión ya meditada desde el fin de la huelga del calzado, ya que, como expone, “para mí era inaceptable que Comisiones Obreras fuera una correa de transmisión del partido”. Fue detenido en varias ocasiones por sus actividades antifranquistas, una de las veces coincidiendo con la “caída” de varios jóvenes, algunos de ellos vinculados al PCE m-l entre los que se encontraba José Avilés, en mayo de 1973. No obstante, fue puesto en libertad unas horas después. A principios de los años ochenta regresó a la HOAC y tiempo después, a finales de la década, la abandonó definitivamente. En la actualidad es promotor inmobiliario. María Pomares