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García García, Josefa

Enviado por Miguel Ors Mon… el
Datos biográficos
Fecha de nacimiento
17 de marzo de 1921
Lugar de nacimiento
Dolores
Fecha de muerte
4 de mayo de 1940
Lugar de muerte
Alicante
Profesión
Sus labores
Militancia
Juventud Socialista Unificada (JSU), PCE

  EL PASQUÍN

Miguel Ors Montenegro (2010)

COPIA LITERAL DEL PASQUÍN QUE CORRE UNIDO A ESTE SUMARÍSIMO

“VIVA EL COMUNISMO, SALUD.- Obreros de Dolores y de toda España bien sabeis lo que es el fascismo mataros a hambre y meseria mientras ellos disfrutan a costa nuestra. Camaradas todos moriremos antes de ceder nuestro brazo y ayudar al Partido Comunista a triunfar que el bien es para todos y pobre el obrero que no siga el dieal del bien del obrero. Nosotros los del Partido Comunista defenderemos el ideal mientras quedemos un comunista en libertad. Camaradas resistir hasta morir por un ideal por el bien del obrero. Bamos a la lucha definitiva a aplastar al fascismo traidor canalla que quiere terminar con el obrero. Dolores 21 de marzo de 1940. Viva el ejército rojo, Negrín, Azaña. Viva el Partido Comunista que pronto triunfará. Salud y comunismo revolucionario. Algún día sabreis quien soy. Un obrero”.

Dolores (Alicante), 10 de julio de 1939, a las dos de la madrugada.

En el callejón del Horno, se oyen gritos en la puerta de la casa habitada por Rosario González Valero La Mora y Josefa García García La Pechitos. Dos individuos que resultan ser militantes de FETJONS, conocidos como El Chato y El Portillo se enzarzan en una pelea. Aparece un vecino con un cayado, harto de ser testigo de escándalos e inmoralidades. Interviene en la disputa un tercer individuo, Francisco Ramón Torres, jefe local de Falange, que trata de hacer callar a las dos mujeres. Una de las dos le grita que “ni él ni la puta que había parido a Falange eran bastante para llevárselas a la cárcel y que tuviera mucho cuidado en volver a llamarles la atención”. Francisco Ramón contesta que “él era muy bastante para llevárselas a la cárcel, que se cagaba en la puta que las había parido y que no les permitía que se cagasen en la Falange”. En ese momento, El Chato le da una bofetada al jefe de Falange. Éste echa mano de una pistola del 7,65 marca F.J., que le es arrebatada por parte de otro testigo y El Chato empuja a Francisco Ramón, que cae en medio de la calle, repleta ya de gente. Finalmente, el jefe de Falange se lleva detenidos al cuartel de milicias a los contrincantes y la pistola acaba en manos de un jefe de escuadra que se encontraba de servicio. Al llegar al cuartel, a los dos falangistas involucrados en la pelea se les dice que se vayan a dormir a sus casas y que se presenten al día siguiente. Por la mañana, el alcalde de Dolores ordena a la Guardia Civil la detención de las dos mujeres por “actos inmorales, ocasionando la intranquilidad del vecindario”.

En los días siguientes declara el médico Emilio Moreno Rubio. Según su testimonio, las dos mujeres están siempre metidas en escándalos y ambas defienden ideas comunistas. La Pechitos fue durante la guerra sirvienta del notario Rafael Serveró Huesma y denunció al declarante, al notario y al juez de instrucción Antonio Vázquez por haber celebrado la toma de Bilbao por los nacionales y que tal denuncia llegó a Alicante. Declara igualmente el notario Rafael Serveró Huesma y acusa a las dos mujeres de practicar actos contra la moral en los paseos y a las espaldas de la iglesia de Dolores. Desde marzo o abril de 1937 La Pechitos fue sirvienta de su casa y dejó de prestar servicio en julio de ese año sin ofrecer explicación alguna. Reitera la denuncia a la que fue sometido por un “cocidongo” con el que celebraron la conquista de Bilbao. Que efectivamente La Pechitos denunció a las personas citadas, a sus mujeres y a su hijo mayor y esposa. Que la denuncia llegó al gobernador civil Jesús Monzón, avalada por dos militantes de UGT y que “de milagro no pasó más”. Las dos mujeres son encarceladas en Orihuela y puestas en libertad atenuada en la navidad de 1939, sin que se hubiera resuelto el procedimiento sumarísimo nº 5.580.

Dolores, viernes 22 de marzo de 1940, a las diez de la noche.

Aparece un pasquín comunista con “frases subversivas” junto a la ventana de la casa ocupada por Correos. El pasquín está pegado a la pared con harina. Al día siguiente, el brigada de la Guardia Civil Joaquín Lillo Mora inicia una investigación. Dos mujeres, una de ellas conocida como La Casillera, aseguran haber visto a La Pechitos a esa hora junto a la casa de Correos y “despeinada”. Comparece a continuación La Pechitos, soltera, analfabeta, de 16 años, natural de Orihuela y vecina de Dolores y declara que esa noche estuvo en Elche en casa de un tal Pepe que vive en la calle de San Pascual. Que durante la guerra perteneció a las JSU y a la UGT y que, efectivamente, denunció al médico y al notario.

El 4 de abril declara José Cano Illescas, Cano el Denia, de 17 años, carretero de profesión y músico de la banda municipal, que sí sabe leer y escribir y también militante de las JSU durante la guerra. Que el día 21 de marzo escribió el pasquín obligada por La Pechitos al decirle “que no era un hombre y menos un rojo”. Se lo entregó y al día siguiente ella lo pegó con harina en la pared de Correos. En una declaración posterior añade que escribió el panfleto a cambio de “un coito” con ella.

Declara también ante la Guardia Civil Manuel Mora Ramón, de 16 años, albañil, soltero, natural y vecino de Dolores. Que sobre las cuatro de la tarde del día 22 La Pechitos le enseñó el papel y le dijo “toma y entérate de esto”. Al leerlo, le comentó “no seas tonta, rompe eso y tíralo al retrete, pues te pueden fastidiar porque tú sabes cómo están las cosas”. Que La Pechitosse guardó en su pecho el pasquín y al día siguiente lo vio pegado en la pared. Se excusa de no haber declarado antes por tener mucho trabajo. Por segunda vez es interrogada Josefa García García y confiesa que el día 22 estaba en casa con su madre. Que el papel lo escribió Cano El Denia y que fue ella quien lo colocó en la ventana que da al callejón del Molino. El siguiente en declarar es José Manuel Sansano Navarro, Cojo el Justo, de 22 años, natural y vecino de Dolores, obrero de la fábrica de conservas y novio desde unos días antes de La Pechitos. También militante de las JSU durante la guerra. Que efectivamente, en la noche del día 21 en casa de su novia se presentó José Cano y le entregó a ella un papel que no consiguió leer por falta de luz, pero que pidió que se rompiera porque “podía perjudicar a todos los que como él estaban en libertad atenuada”. Inmediatamente después, los guardias civiles realizan un registro domiciliario en casa de José Sansano y descubren papeles que consideran subversivos.

            Por fin, el último en comparecer es José Norte Esteban, Caravaca, jornalero de 21 años, soltero, natural y vecino de Dolores y militante durante la guerra de las JSU. Declara que el día 21 habló con José Cano y le dijo que había oído que iban a colocar pasquines para poder encerrar a todos los que estaban en libertad atenuada y que para que no los encerraran sin culpa, que ellos mismos debían adelantarse y colocar los pasquines. Se le pregunta también sobre si es el autor de haber pintado con un lápiz rojo el labio inferior de un retrato de José Antonio Primo de Rivera. Confiesa que él es el autor “por un mal pensamiento que me dio”, pero que no está implicado en lo del pasquín.

            El 26 de marzo de 1940 son detenidos, como autores convictos y confesos, Josefa García García, José Sansano Navarro, José Norte Esteban y José Cano Illescas. El atestado de la Guardia Civil permite la instrucción del procedimiento sumarísimo 8.001, por “hechos de la máxima gravedad”. El 3 de abril FETJONS de Dolores manda informes de los cuatro confirmando las militancias y las denuncias realizadas durante la guerra.

            El 6 de abril de 1940 un tribunal militar compuesto por el comandante Almansa Díaz y los capitanes Jiménez Medrano, Clavería Iglesias, Inar Llaurador y Vidal Fiol como vocal ponente, condenan a muerte a los procesados Josefa García García, José Norte Esteban y José Manuel Sansano Navarro por el delito de adhesión a la rebelión.. José Cano Illescas, el autor material del pasquín es condenado por el mismo delito a la pena de 20 años de reclusión menor. Internado en la prisión de El Dueso, en Santoña (Santander) sería indultado el 9 de febrero de 1948.

Alicante, 4 de mayo de 1940,  a las dos de la mañana

Los tres condenados a muerte entran en capilla. A las seis de la mañana son fusilados y el teniente médico Juan Peña Moral certifica la muerte de los tres jóvenes.

Y algunas consideraciones finales

El relato que acabamos de ofrecer forma parte del procedimiento sumarísimo número 8.001 de la provincia de Alicante, expediente conservado en el Archivo Histórico de la Defensa de Madrid, archivo que, gracias a la Ley de la Memoria Histórica, podemos por fin trabajar los historiadores. Y como la Ley de la Memoria Histórica ha tenido y tiene tan mala prensa, merece destacarse la contribución del Gobierno presidido por Rodríguez Zapatero al permitir el acceso a  una documentación histórica de enorme importancia a la que hasta hace bien poco se nos había impedido el acceso. Los miles y miles de documentos que ahora podemos estudiar nos permitirán entender un tiempo histórico -la guerra y la posguerra- en el que el exterminio, por muy exagerado que parezca el término, fue un componente fundamental. El ejemplo que hemos relatado forma parte de la historia de las 724 personas que en la provincia de Alicante fueron fusiladas entre 1939 y 1945.

Dolores es un pequeño municipio, cabeza de partido judicial, situado en la provincia de Alicante, entre Elche y Orihuela y con una población en 1940 de poco más de 5.000 habitantes. Durante la Guerra Civil, estando el municipio en el bando republicano, no hubo ninguna víctima como consecuencia de la violencia política. El suceso más grave ocurrido durante la guerra fue la quema de la iglesia parroquial y la destrucción de dos imágenes del escultor Salzillo. Los hechos que hemos narrado a partir del expediente nos indican la importancia que el franquismo concedió, una vez terminada la guerra, a cualquier hecho considerado como subversivo. Un pasquín escrito a lápiz y pegado con harina por una chiquilla analfabeta fue considerado como “de la máxima gravedad”. Los documentos dejan pocas dudas acerca de que se aplicara la tortura en el atestado de la Guardia Civil y aún más sorprendente es que el autor material del pasquín no fuera condenado a muerte. Una conjetura que puede establecerse es que su familia tuvo mayor capacidad de influencia que la de los tres ejecutados. Setenta años después, una  terrible e injustificable sentencia que costó la vida a tres jóvenes y ocho años de cárcel al cuarto implicado, ha pasado al más absoluto de los olvidos.

Hace unos meses, una joven estudiante de la Universidad de Alicante me preguntó mediante un correo electrónico si sabía algo acerca de una antepasada suya, Dolores García García, hermana de uno de sus abuelos. Por no saber, ni siquiera conocía dónde podía estar enterrada. No pude entonces decirle más que, con toda probabilidad, estaría en una fosa común del cementerio de Alicante. Hoy me alegro de poderle ampliar la información.

 

Comments

Subido por lola garcia (no verificado) el Jue, 09/02/2012 - 11:31

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hola,me gustaria saber mas de esta historia sobre el fusilamiento de josefa garcia garcia,ya que yo soy sobrina directa de ella ,y es que mi padre era su hermano mayor,y estoy interesada en estos hechos,porque quiero saber donde esta enterrada mi tia josefa,atentamente lola.

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