Datos biográficos
Mi vida... Yo vengo de Elche, de aquellos primeros años de la Segunda República española. Soy, por tanto, demócrata de nacimiento pero después las cosas se me torcieron. En Elche, la guerra “incivil” y la consiguiente posguerra, llena de hambres y de carencias, nos marcó a todos e impidió nuestra normal socialización. La necesidad de supervivencia era un instinto animal ….en los alimentos, un pan que (entonces) no era pan, el amarillo de maíz o el negro de centeno; unas lentejas que parecían lentejas pero “rellenas”, un café trufado en “achicoria”, y, para las grandes ocasiones, un arroz con costra sin carne (“la costra viuda”, que decía mi madre, traficante de sus “ajuares” por esos pueblos valencianos….). Pero, entretanto jugábamos en la calle a la comba, al “tello”, al escondite… A la vez fuimos aprendiendo las cosas que querían que aprendiéramos. Recuerdo, como en un relámpago, la escuela de párvulos de la calle de San Isidro adonde alguien entró para avisar a la maestra que la guerra había terminado y entonó un ¡Viva Franco!. “España cambió de conversación”. ¡Viva Franco que nos da pan blanco, muera Negrín que nos da pan de serrín!. Mi padre, un hombre bueno y sensible, cambió su preparación de pintor y dibujante obtenida en la Academia Municipal de Dibujo de D. Mariano Antón, por un taller de pintura, y para dar de comer a sus cuatro hijos, pasó de pintar casas y carros a pintar coches con la “trifásica”, un extraño aparato muy moderno. En la posguerra estuvo unas semanas detenido por las insidias de un inquilino envidioso. Y mi madre acabó contagiándose del mal de la época: la tuberculosis. No obstante, tuvieron muy claro la necesidad de nuestros estudios para que fuéramos libres e independientes. Más tarde, Santapola, en casa del “tio Nolasco”, una fonda de madera situada frente al mar, cerca de donde estaban “els banyets” , donde pasábamos el verano con nuestro padre, dedicado a pintar los chalets de la primera fila de la playa de Poniente, recién construidos, cerca de las “barracas”. Yo asistí a la Escuela Pública de la calle de El Salvador, de la que me queda un Cuaderno del año 1944, que valoro mucho, porque en sus hojas se refleja la sociedad y toda la ideología de la época. Las niñas y jóvenes de entonces no teníamos más institución formadora fuera de la escuela que la Falange y la militante Acción Católica. Allí se premiaba nuestro fervor religioso portando la bandera de la Acción Católica en las procesiones, pero a cambio, no se podía ir a los bailes que hacían en el Casino. El Curso siguiente entré en “El Colegio La Asunción de Ntra. Sra”, legalmente reconocido y dependiente del Exmo. Ayuntamiento (sic). Allí comenzó mi primer contacto con un mundo lleno de “misterios”, misterios que se nos desvelaban en “el rincón de los mapas”. Un mundo lleno de escasez, miedo e ignorancia que se revelaban en la tez ennegrecida por los residuos de la guerra, en los zapatos sucios de pisar unas calles sin asfaltar…. Algunas fotos son reflejo de lo que digo. Allí, en el edificio de la casa del Duque de Béjar pasamos los cuatro primeros años de un Bachillerato de siete años, que exigía un examen de ingreso donde teníamos que saberlo todo: multiplicar, dividir, resolver problemas, no tener faltas de ortografía… Al acabar los cuatro años, y seguramente por motivos económicos, inauguramos ¡la coeducación! Nos trasladaron a donde estaban “los chicos”, un edificio situado enfrente de Santa María, que había sido cárcel de hombres en la posguerra. Destacaba entre todos los Profesores Dª Mª Teresa Vega, que impartía Historia. Después supe que venía de la Institución Libre de Enseñanza. Sin miedo al cultivo de la memoria como factor de la inteligencia, utilizaba también la poesía y el Arte dramático, con representaciones de calidad en el Gran Teatro ( creo que todavía se llamaba Kursaal). El 15 de Junio de 1951 acabé el Bachillerato. Sabíamos mucho, éramos responsables, pero no para la vida que nos aparecía simple o como un misterio difícil de descubrir. La Religión, la Patria y …¡el Cine como liberación!. Esos fueron los valores en los que vivimos. La enseñanza religiosa fue el instrumento de que se valió Franco para el adoctrinamiento, una religión militante y ultracatólica. LA PATRIA que vivimos fue, pues, el nacional-catolicismo: si se hace Religión, se hace Patria, se decía entonces. Ir a misa era un seguro de vida del que no éramos conscientes. Por eso mi madre se empeñó en que viviésemos la Religión, a pesar de que ella no era religiosa. El cine fue nuestro alivio frente a la cerrazón ideológica, a pesar de la clasificación de las películas por colores, de las que las rosa ( y más tarde ¡las 4erre!) nos estaban prohibidas Sólo nos estaban permitidas las blancas y las azules….“El conde de Montecristo”, “ Isabel la Católica”, algunas de Tarzán, “Balarrasa”…muchas de ellas, impregnadas de nacional-catolicismo. Pero después… vino Rita Hayworth y el “desnudo” de su brazo, un gran escándalo para nuestras mentes “infantiles”.
En octubre del año 1951 empecé mis estudios en la Universidad de Murcia, una Universidad, si no elitista, si al menos minoritaria. Éramos casi el mismo número de alumnos en la especialidad de Filosofía que en el Bachillerato. Corrían los años cincuenta. En la Universidad, destacaban en esa época, además de Tierno Galván, el profesor Truyol Serra, Catedrático de Derecho Natural y director de la Editorial Tecnos, que fue mi profesor de Filosofía Natural; los hermanos Cervera; Don Jesús Garcia López, profesor de Metafísica, un hombre bueno, del que guardo un buen recuerdo; Muñoz Alonso, personaje algo siniestro, importante dentro del Régimen; Don Mariano Baquero, un gran profesor de Literatura; así como D. Andrés Sobejano, Torres Fontes, etc. En junio de 1956 me licencié en Filosofía y Letras en la Sección de Filosofía. Éramos según palabras del Profesor Emilio Lledó “filósofos nutridos de sopas de convento”. El curso más feliz fue, naturalmente el último, porque en cinco años, el franquismo iba ablandándose ligeramente y nuestra juventud arrollaba. El curso siguiente, 1956-57 marché a Madrid, a una Residencia de monjas, protectoras de nuestras costumbres, como en Murcia, e hice los cursos del doctorado. Recuerdo al Profesor Aranguren, Catedrático de Etica, recién estrenada su Cátedra. Y empecé mi preparación para las oposiciones a Cátedra de Institutos con un grupo de alumnos (todos chicos) en el Colegio Mayor ”Nebrija”. En aquella época estas Oposiciones tenían más dificultad que las de Universidad. Aterricé en Madrid en un ambiente político bastante movido, porque coincidió con el año de la muerte de Ortega. Conseguí el nombramiento por concurso de méritos, de Ayudante Becaria de la cátedra de Filosofia de la Escuela Normal del Magisterio de Madrid Maria Díaz Giménez, gracias a un artículo de Filosofía premiado en un Concurso “Naturaleza y legalidad”, bajo la dirección de Don Angel González (1957-58; 58-59 y 59-60) . Un hecho curioso: la Secretaria de la Escuela era Dª Maria del Rosario Jardiel Poncela, hermana del escritor. Para asegurar mi mantenimiento, di clases de Bachillerato también en Colegios religiosos de Madrid, entre ellos “Las Irlandesas”, al que asistía la élite madrileña, pero en el que pagaban poco. En la Escuela de Estomatología, donde un amigo me hacía “empastes” gratuitos, conocí a mi marido y con él me casé en 1963, después de haber aprobado las Oposiciones a Cátedras de Instituto. Nos quedamos a vivir en Madrid desde donde acudía todas las semanas en tren al Instituto de Úbeda, una ciudad bellísima, mi plaza conseguida con tanto esfuerzo. Al año siguiente, después de nacer mi hijo y buscando tranquilidad volví a Elche donde nos asentamos definitivamente y, por concurso de traslados, reingresé en el Instituto Jorge Juan de Alicante. Entonces nacieron mis hijas mellizas, Pilar y Margarita. De allí pasé al Instituto “La Asunción” en una “comisión de servicios”, después a Aspe (el aprobar oposiciones suponía andar deambulando entre concursos de traslados y “comisiones de servicio” hasta llegar a tu pueblo). En Aspe, un Instituto donde coincidimos un grupo de profesores “concienciados” políticamente, permanecí dos cursos. Fue el año de la muerte de Franco. Un grupo de amigos en Elche creamos “Demos”, una asociación política que tenía como meta contribuir a la instauración de la democracia. Un año después nos integramos en el PSP de Tierno Galván, que se acabó fusionando con el PSOE Aquí acabó mi militancia política, cansada de las “movidas” propias de los partidos políticos. Con mi destino en el Instituto de Carrús acabé asentándome definitivamente. Fueron mis mejores años de docencia, pese a que en “La Asunción” había dejado muy buenas alumnas. Directora del Centro durante cinco años (de 1979 a 1985), caminamos desde una precaria democracia institucional hasta la realización de una serie de proyectos democráticos que tendían a la “formación integral” del alumno. Y allí permanecí hasta mi jubilación, en junio de 1997. Entretanto comencé a viajar, con mi familia, con mis alumnos, con los profesores, con los amigos….París, Londres, Italia, Gracia, Egipto, Estambul, Nueva York… Parte del resto figura en mi Curriculum: Fui Tutora de Cursos de Adaptación del Profesorado (C.A.P) desde su creación en la Universidad de Alicante hasta 1995. Miembro participante en la Reforma de Enseñanzas Medias (E.E.M.M), de la Consellería de la Generalitat Valenciana, de 1986 al 95. Miembro titular participante en los Tribunales de las Pruebas de Acceso a las Facultades, Escuelas Técnicas Superiores y Colegios Universitarios de la Universidad de Alicante (1979-84) y del Bachillerato Experimental en la Universidad Autónoma de Valencia, 1993-. Coordinadora de Ciclos de Conferencias y Seminarios de Filosofía y Ética en eI I. B. Carrús y en la CAM de Elche. Hice numerosos Cursos de Perfeccionamiento, un Seminario de Ética en la 1ª Semana de Ética e Historia de la Ética del Departamento de Filosofía Moral y Política de la UNED en Madrid con los Profesores: D. Javier Muguerza, D. Jose Luis López Aranguren y D. Emilio Lledó en 1979. Como miembro de la Asociación internacional de Antropología filosófica con sede en Barcelona, asistí a a la XXVII Reunión Anual de “Institut Internacional de Philosophie”.1981 Fui miembro del Seminario Permanente de Filosofía, dirigido por D. Mariano Peñalver Simó en la Universidad de Alicante. 1982-85…. Participé en el proyecto Curricular de Ética de Secundaria de la Consellería de Educació en 1996. Colaboré en el Comité Ejecutivo de FUTURELX dependiente del Ayuntamiento de Elche, de 1998-2005. Desde mi jubilación y a partir de 1998 soy Presidenta del Club Senior de colaboradores honoríficos de la UMH, desde donde impulsé la creación de las Aulas de la Experiencia y fui Coordinadora y Profesora de las mismas. También colaboré como profesora en los Cursos de la Universidad para Mayores de la Universidad Cardenal Herrera- CEU de Elche. de 2001 a 2003. Trabajadora incansable en una larga trayectoria, ahora ando algo cansada, pero escribo a pesar de mi flaca salud, por lo que pido, como Benedetti, tiempo: …Tiempo para morir un poco y nacer enseguida/ y para darme cuenta…
El 3 de julio de 2017 el Ayuntamiento le dedicó un jardín en la calle Filet de Fora.