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Espinosa Sánchez, Eloy

Enviado por Javier Pascual el
Datos biográficos
Fecha de nacimiento
24 de diciembre de 1908
Lugar de nacimiento
Elche
Fecha de muerte
12 de julio de 1997
Lugar de muerte
Madrid
Profesión
empleado de banca
Militancia
FETJONS

ESPINOSA SANCHEZ, Eloy (24-12-1908 – Madrid 12-07-1997) Casado el 3 de enero de 1969 con Dedicación Carnicero Orden en la iglesia madrileña de Santa María del Pilar. Empleado de banca, estuvo muy vinculado a la enseñanza, a la Iglesia Católica, al Misteri y a las fiestas de la Venida de la Virgen. En septiembre 1934, el obispo Irastoza, de la diócesis Orihuela, lo nombró presidente de la directiva de la Unión Diocesana de Acción Católica, el brazo laico de la Iglesia. Las actividades se paralizaron tras el asalto sufrido en la sede ilicitana en febrero de 1936. Conocido militante de derechas, evitó represalias políticas durante los años de la Guerra Civil, según reconoció en carta remitida en abril de 1986 a uno de sus discípulos, Vicente Pascual Cid. “Estuve en Orihuela, en el Hotel Comercio, propiedad de María Robles e Hijos, actuando de cocinero y de camarero durante 621 días, dejando el hotel el 16 de julio, Nuestra Señora del Carmen, de 1938, a una finca de La Aparecida, de la familia Lidón Noguera, hasta el fin de la contienda. No obstante lo difícil de la situación, en momento alguno fui molestado e ignorado con el nombre de Tío Luis, cocinero, príncipe de la cocina, según la frase de una señora refugiada procedente de Madrid. Nunca fue detenido ni encarcelado”. Al término de la Guerra Civil, fue concejal franquista de la corporación municipal ilicitana entre el 13 de octubre de 1940 y el 4 de diciembre de 1946. Además, formó parte como tesorero de la Junta Nacional Restauradora del Misterio de Elche y sus templos. Una de sus primeras actuaciones fue la sustitución de la imagen de la Virgen de la Asunción, patrona de Elche, desaparecida durante el incendio de la basílica de Santa María en 1936. Encargó la nueva talla al imaginero José Capuz y emprendió una campaña encaminada recaudar donativos para financiar el trabajo. Paralelamente, recogió entre diversas familias ilicitanas 500 gramos de oro, 23 kilos de plata y piedras preciosas para la elaboración de la corona en sustitución de la desaparecida igualmente durante el incendio. El trabajo se realizó en los talleres valencianos de Orfebrería David de acuerdo a los apuntes, datos y fotografías proporcionadas por Eloy Espinosa, según relata Ramón Ruiz Díaz en el artículo En honor a Don Eloy publicado en el número 13 de la revista Soc per a Elig que edita la Sociedad Venida de la Virgen. Con el sobrante, se restauró la Custodia de la basílica de Santa María, se hicieron los dos angelitos que faltaban, una arqueta de plata en la que se guardó la relación de donantes, pequeños fragmentos de la talla que se perdió en el incendio así como un cuadrilátero de hierro con cinco agujeros que llevaba en la cabeza para la colocación de la corona. Rememorando la leyenda sobre la aparición de la imagen de la patrona en la playa de El Tamarit, organizó los actos de la Venida de la Virgen de 1940, su traslado en romería a Elche el 28 de diciembre y su visita en procesión al día siguiente a los templos de El Salvador y San Juan. El 24 de octubre de 1941 se reconstituyó la Sociedad Venida de la Virgen. Eloy Espinosa se incorporó a la primera directiva como secretario y, como tal, elaboró un nuevo reglamento es sustitución del desaparecido en 1865. Se atribuye igualmente a Eloy Espinosa la elaboración del bando así como del vestuario de los heraldos y los marineros. Su academia preparó a los niños que participaron en el coro de heraldos en aquellos años. En 1958 gestionó la elaboración de una segunda talla de la patrona, la conocida como Virgen de la Venida. Fue elaborada por el escultor murciano, José Sanchez Lozano, en Pilar de la Horadada. La imagen fue sufragada a partes iguales por la Sociedad Venida de la Virgen y por el ya Patronato Nacional del Misterio de Elche. Espinosa diseñó la corona para esta segunda imagen. Fue patrono del Misteri hasta su fallecimiento. El Patronato le rindió homenaje el 19 de julio de 1991 En la  posguerra, formó parte de Acción Católica donde llevó a cabo una labor de proselitismo entre la juventud fruto de la cual fueron los siete sacerdotes ilicitanos que tomaron los hábitos el 11 de abril de 1952 en Santa María. Desarrolló una notable labor pedagógica como fundador y director durante la década de los 40 y los 50 del siglo XX en la Escuela Nocturna del Sagrado Corazón de Jesús, abierta en la calle Corredora. Esta academia se dedicó a la formación de los jóvenes en actividades comerciales y administrativas y valió a muchos de ellos para incorporarse a empresas y entidades bancarias. Era habitual verlo acompañado de sus alumnos en los actos religiosos. El 6 de febrero de 1982 recibió un homenaje por parte de sus alumnos. Trabajó en el Banco Popular hasta su jubilación.  

Fuentes: "En honor a Don Eloy", por Ramón Ruiz Díaz, publicado en el número 13 de la revista Festa d´Elig; correspondencia con Vicente Pascual Cid; "La diocesis de Orihuela-Alicante en el Franquismo", por Mónica Moreno, en el Archivo General Lluis Vives. 

 

BIOGRAFIA DE ELOY ESPINOSA SANCHEZ. 

LUIS CRISOL LAFRONT

ESPINOSA SÁNCHEZ, Eloy  (24-XII-1908 - Madrid 12-VII-1997). Se casó  el 3 de enero de 1969 con Dedicación Carnicero Orden en la iglesia madrileña de Santa María del Pilar. Empleado de banca, trabajó en el Banco Popular hasta su jubilación. Estuvo muy vinculado a la enseñanza, a la Iglesia Católica, al Misteri y a las fiestas de la Venida de la Virgen. En septiembre de 1934, el obispo Irastoza, de la diócesis de Orihuela, lo nombró presidente de la directiva de la Unión Diocesana de Acción Católica, el brazo laico de la Iglesia. Las actividades de esta asociación se paralizaron tras el asalto sufrido en la sede ilicitana en febrero de 1936. Conocido militante de derechas, evitó represalias políticas durante los años de la Guerra Civil, según reconoció en carta remitida en abril de 1986 a uno de sus discípulos, Vicente Pascual Cid. “Estuve en Orihuela, en el Hotel Comercio, propiedad de María Robles e Hijos, actuando de cocinero y de camarero durante seiscientos veintiún días, dejando el hotel el dieciséis de julio, Nuestra Señora del Carmen, de 1938, a una finca de La Aparecida, de la familia Lidón Noguera, hasta el fin de la contienda. No obstante lo difícil de la situación, en momento alguno fui molestado e ignorado con el nombre de Tío Luis, cocinero, príncipe de la cocina, según la frase de una señora refugiada procedente de Madrid. Nunca fui detenido ni encarcelado”. Al término de la Guerra Civil, fue concejal franquista de la corporación municipal ilicitana entre el trece de octubre de 1940 y el cuatro de diciembre de 1946. Además, formó parte como tesorero de la Junta Nacional Restauradora del Misterio de Elche y sus templos. Una de sus primeras actuaciones fue la sustitución de la imagen de la Virgen de la Asunción, patrona de Elche, desaparecida durante el incendio de la basílica de Santa María en 1936. Encargó la nueva talla al imaginero José Capuz y emprendió una campaña encaminada a recaudar donativos para financiar el trabajo. Paralelamente, recogió entre diversas familias ilicitanas quinientos gramos de oro, veintitrés kilos de plata y piedras preciosas para la elaboración de la corona en sustitución de la desaparecida igualmente durante el incendio. 

El trabajo se realizó en los talleres valencianos de Orfebrería David, de acuerdo a los apuntes, datos y fotografías proporcionadas por Eloy Espinosa, según relata Ramón Ruiz Díaz en el artículo “En honor a Don Eloy” publicado en el número trece de la revista “Sóc per a Elig” que edita la Sociedad Venida de la Virgen. Con el sobrante, se restauró la Custodia de la Basílica de Santa María, se hicieron los dos angelitos que faltaban, una arqueta de plata en la que se guardó la relación de donantes, pequeños fragmentos de la talla que se perdió en el incendio así como un cuadrilátero de hierro con cinco agujeros que llevaba en la cabeza para la colocación de la corona. Rememorando la leyenda sobre la aparición de la imagen de la patrona en la playa de El Tamarit, organizó los actos de la Venida de la Virgen de 1940, su traslado en romería a Elche el veintiocho de diciembre y su visita en procesión al día siguiente a los templos de El Salvador y San Juan. El veinticuatro de octubre de 1941, se reconstituyó la Sociedad Venida de la Virgen. Eloy Espinosa se incorporó a la primera directiva como secretario y, como tal, elaboró un nuevo reglamento en sustitución del desaparecido en 1865. Se atribuye igualmente a Eloy Espinosa la elaboración del bando, así como del vestuario de los heraldos y los marineros. Su academia preparó a los niños que participaron en el coro de heraldos en aquellos años. En 1958, gestionó la elaboración de una segunda talla de la patrona, la conocida como Virgen de la Venida. Fue elaborada por el escultor murciano José Sánchez Lozano, en Pilar de la Horadada. La imagen fue sufragada a partes iguales por la Sociedad Venida de la Virgen y por el ya Patronato Nacional del Misterio de Elche. Espinosa diseñó la corona para esta segunda imagen. Además, fue patrono del Misteri hasta su fallecimiento. El Patronato le rindió homenaje el 19-VII-1991. En la posguerra, formó parte de Acción Católica, donde llevó a cabo una labor de proselitismo entre la juventud, fruto de la cual fueron los siete sacerdotes ilicitanos que tomaron los hábitos el 11-IV-1952 en Santa María. Desarrolló una notable labor pedagógica como fundador y director durante la década de los cuarenta y cincuenta  del siglo XX en la Escuela Nocturna del Sagrado Corazón de Jesús, abierta en la calle Corredora. Esta academia se dedicó a la formación de los jóvenes en actividades comerciales y administrativas y valió a muchos de ellos para incorporarse a empresas y entidades bancarias. Era habitual verlo acompañado de sus alumnos en los actos religiosos. El 6-II-1982, recibió un homenaje por parte de sus alumnos. Sobre este homenaje y en agradecimiento a su aportación a la cultura de Elche y  por su apuesta personal hacia su persona, Luis Concustell escribió este artículo para la Cátedra Pedro Ibarra. “A través de la Academia del Sagrado Corazón, en un lateral del edificio de los antiguos Sindicatos, D. Eloy, apoderado del Banco Popular, dio clase a miles de jóvenes ilicitanos. Cuando le hicimos un homenaje, alrededor del año 1990, le pedí libros de matrícula. Me dio como cinco libros, cada uno de la A a la Z. Estuve llamando uno por uno para invitarles. Cuando llegue a la letra G tuve que dejarlo porque se vino encima la fecha del homenaje. Tenía una foto que nos hicimos en el Restaurante Municipal, fue multitudinario. El trabajo de D. Eloy fue inabarcable, colocando a los miles de jóvenes que después de la jornada laboral iban a su Academia. Para mí fue un segundo padre. Le conocí en 1971, encauzado por personas que conocían de su fama. Le dije que venía de la Universidad de Sevilla, que tuve que dejar porque eran tiempos movidos políticamente y no podía gastarme la mitad de las seis mil pesetas que mi padre ganaba sin garantías de acabar en tres años Arquitectura Técnica. En octubre de ese mismo año entraba a trabajar en Banco Popular. Para un examen de una plaza había ya un recomendado. D. Eloy entró en dirección y me incluyeron en aquel examen en Madrid, aprobando los dos aspirantes .Tengo alguna foto de este santo varón. Cuando falleció, después de un alzhéimer doloroso, tuve el honor de ser elegido entre el grupo de sus mejores alumnos para comprarle la corona de flores. Durante su jubilación, fue padrino de mis hijos y antes en mi boda. Le visité frecuentemente en su casa de la Corredora. Nos lo llevábamos los domingos a cualquier lugar y tuvo un sitio destacado en mi mesa siempre. Como patrono del Misteri, yo sabía que cuando vivía en Madrid con su esposa compraba entre cosas varias, el oropel que se lanza. Tengo sus memorias, de cómo se escapó por los pelos el 18-VII-1936, por encontrarse fuera de Elche (era Jefe de Acción Católica)”.

Remontémonos a los orígenes de la familia Espinosa.

El año 1882, nace Antonio Espinosa. Procedente de tierras manchegas, con veintiún años y  experto técnico electricista fue contratado por una empresa para montar centrales eléctricas en diversos pueblos y apareció en Elche  ya comenzado el siglo XX. Se hospedaba en el Hotel Comercio junto a otro técnico de maquinaria llamado Climent que “fue asesinado por los rojos en la Guerra civil”. Por aquel entonces, Elche contaba con un censo global entre ciudad y campo de quince mil habitantes.

El montaje de la central eléctrica se efectuó bajo el título de “La Electromotora Equitativa” y estaba en la calle Infante don Manuel cuyo edificio tuvo más tarde otros inquilinos e industriales diversos, hallándose actualmente cerrado el inmueble. 

Antonio paseaba por aquellas calles de Elche y en uno de sus paseíllos, dio por resultado que al tener cerca de la calle Berna una fábrica de alpargatas de Torregrosa y Sánchez, este tenía varias hijas y otros hijos pequeños pero la que más se destacaba por buena moza se llamaba Corona de dieciséis años, aunque parecía de veinticuatro al vestir aquellas faldas que se arrastraban  por el suelo para que no se viesen los tobillos. El caso fue que se enamoraron y se casaron. 

Como había que montar en Caudete otra central, en el año 1906 se fueron a vivir a esta villa de Albacete de unos cinco mil habitantes, todos labriegos y calles estrechas.

El  diez  de agosto de 1906 nació en la calle Uberna, en casa de Ramona, la abuela, el niño que más tarde sería bautizado en la parroquia de Santa María con el nombre de Antonio. 

Terminada las obras de montaje en Caudete el matrimonio se trasladó al piso que había en la Electromotora para el técnico electricista. Al cabo de dos años, en 1908, nació el veinticuatro de diciembre un nuevo miembro que vino a crear más preocupaciones económicas, pues los sueldos de aquel entonces eran cortos. Fue bautizado con el nombre de Eloy en la parroquia de El Salvador y fue apadrinado por sus tíos Eloy y Trinidad. 

En el año 1910, nació la Popular Eléctrica sita al lado del  Hort de Xil  al borde del Vinalopó y con huertos bajos sobre el nivel de la calle de unos veinte metros. En aquel entonces se hallaba a punto de inaugurar un viaducto que unía la prolongación de la corredera con la otra parte del Vinalopó, Puente Nuevo o de Canalejas.  

Antonio se dejó la Electromotora porque parecía más ventajosa la Popular y trasladaron la vivienda a la calle de Sagasta diecinueve.  Eloy tenía entonces dos años y varias niñeras. Entre ellas una hija del tío Chimito. Ya mayorcito, fue llevado a una escuela de párvulos que hoy se llamaría “Jardín de la infancia”, al frente de ella estaba una familia llamada del Tío Crispín. 

El 19-IV-1913 por la tarde, nació el tercer hijo de Antonio, bautizado en Santa María con el nombre de Ezequiel. 

Eloy con ocho años y Antonio con dos años más, ingresan en el Colegio de Santa María cuyo maestro principal era Francisco Espinosa Gómez. Frente a la fachada principal de la Basílica y en un segundo piso o ático, se impartían la primera y segunda enseñanza. Francisco Espinosa Gómez era hijo único de Miguel Espinosa, antiguo tartanero de la familia, en cuya vivienda se hallaba la tartana negra de Isabel Alonso, tía rica sin descendencia. Al final de esta biografía podrán conocer más a fondo la historia de esta Señora que escribió Eloy.

Posteriormente, tanto Eloy como su hermano Antonio ingresaron en el Colegio de la Asunción, en la calle del Conde, hoy de Pedro Ibarra. Cuando dejaron el colegio, Antonio se puso a trabajar y Eloy ingresó en un colegio de planta baja cuyo profesor era D. Leopoldo el Tápena.

El 28-V-1916 hace Antonio la comunión y Eloy el 27-V-1917.  

Cuentan en su biografía familiar que “un día D. Leopoldo se enfadó y le dio a Eloy con una paleta en la espalda, éste echó a correr, abrió la puerta y no volvió. Aprendió de oído a tocar la bandurria e intentó aprender solfeo en la Academia de Música, instalada en la casa de los Leones, mansión noble del Obispo Rocamora. Finalmente, es Pepe Vives el que le enseña a tocar el piano y le da clases de solfeo. Eloy también fue gran aficionado a la pintura y el dibujo y asistió a la Academia de Dibujo de la que  posteriormente sería profesor.

A Eloy le encantaban las relaciones con el clero y toma parte en las catequesis para niños. Elche va prosperando y  hay que aprender más. Asiste a clases nocturnas y como es hijo de socio del Casino, algunas tardes asiste a la biblioteca y pide determinados libros. Entre ellos, uno de los primeros fue “La Vuelta al Mundo de un Novelista” por Vicente Blasco Ibáñez. Todas las tardes, el conserje abre la biblioteca para Eloy, que también juega al billar. 

“Por el año 1926, gobernando España el general Miguel Primo de Rivera, se inició por los pueblos un servicio de educación física y militar a cargo de los denominados sargentos. En el paseo llamado de los caídos, en el colegio allí sito, los conocedores de la convocatoria, todos los domingos, había un buen número de muchachos, confraternizábamos y hacíamos con entusiasmo los ejercicios y conocimientos de armas y distinción de jefes de la nación”.

De todas estas actividades, Eloy, nombrado ayudante por su celo, creó tres equipos, Dinamis,  Kinema y Caí, con sede en Crevillente y puso al frente a Juanito Galera Martínez.

En agosto de 1930 en la calle Almas, Eloy montó una exposición de pinturas, trabajos manuales dibujos, etc. Poniendo a disposición de los amigos que le visitaban en la sala un libro para que dejasen su autógrafo.

Un lunes de agosto de 1930, pasadas las fiestas, Eloy recibió un aviso del director del Banco Popular Antonio Antón Moret, que le invitó a que pasara por el Banco a la primera oportunidad. Tomás Sáez le había recomendado a fines de agosto ya que  el Banco Popular, establecido en junio, iniciaba los trabajos propios y contaba con una plantilla de doce empleados.

Aquel año, el ilustrísimo señor obispo de Orihuela lo nombró presidente diocesano, se inició una campaña de visita a los pueblos y se fundaron varios centros.

En 1931, no obstante las dificultades que se vislumbraban, funcionaron algunos centros y apareció la foto de Eloy en el periódico nacional llamado Signo, de la Acción Católica, con unas cuartillas de breve información acerca de la naturaleza y estado de la diócesis, que si bien es pequeña se puede trabajar mucho. Por esta época, el padre de Antonio, Eloy y Ezequiel, se hallaba enfermo y hubo de marchar a Madrid, donde se le aplicaron determinadas curaciones. Murió el 19-V-1935 y el entierro fue al día siguiente.

Eloy tituló una de sus páginas de esta manera, “España es republicana o mejor decir repuñetera”.

“El auge y el entusiasmo por la juventud de Acción Católica es un hecho. Pero la chusma dice que somos fascistas.

 Nuestra bandera es blanca con Cruz verde esperanza. Vienen muchos pero la República no la trajeron los republicanos. Sí los anarquistas, sí los socialistas, sí los vagabundos y los engañados que más tarde se desengañarían. No hubo políticas y manifestaciones de las casas del pueblo.

Un papá estableció el uno de mayo como fiesta de San José obrero pero no de precepto. De todos modos, era el día del obrero no marxista, semilla moscovita afianzada en la plebe envidiosa pero equivocada”.

La Acción Católica Juvenil ha de reunirse en asamblea en Toledo del día once al diecisiete de octubre de 1933 y Eloy es comisionado para asistir con la bandera del centro. 

“La asamblea de jóvenes cristianos, que de toda España fue hasta en bicicleta, era una ofensa para la plebe que nos llamaba tropas fascistas y montó la huelga general contra la asamblea. Varios días de reuniones de hermandad de entusiasmo y apagones adrede de los bolcheviques toledanos”.

Horas en Madrid y de nuevo Toledo, Eloy tomó el mando y recorrió Toledo como si otras veces hubiese estado allí. Compró una capillita de marquetería con una  imagen de San Antonio que le regaló a su madre.

La obra prospera y tiene piso en la calle Sagasta, arriba de la derecha ilicitana, sobre el número trece. Siguieron trabajando con dificultades y el año 1934, en marzo, viajaron a Roma. El Banco gratificó con mil pesetas a Eloy.

Eloy tiene dos caprichos, una radio Philip y el viaje a Roma. El padre dijo que se dejara de viajes y comprara la radio.  Eloy prestó visita a un establecimiento de radio y la compró por quinientas pesetas a plazos. Después, con el resto del dinero, viajó a Roma. Tiene piano para estudiar himnos y radio para conocer noticias. 

Elche tenía alcalde socialista, Manuel Rodríguez, al que se dirigió Eloy para pedirle permiso para la procesión de agosto. Dijo que por él no había dificultad pero que algún grupo no contratado pudiera hacer los burros, pero que su autoridad protegería la procesión. 

Roma, ida y vuelta del doce al diecinueve de marzo de 1934. Todo costó trescientas veinticinco pesetas. De Elche fueron José Ródenas Abarca, párroco del Salvador, Antonio Sánchez Pomares, periodista y maestro nacional y Eloy Espinosa Sánchez, de la banca.

Dice Eloy en sus memorias que  “los años 1934 y 1935  fueron suaves por hallarse el gobierno dominado por la CEDA, en el cual José María Gil Robles, promotor de las juventudes católicas, influyó en este bienio favorablemente en la nación hasta las elecciones de 16-II-1936 en qué  la plebe ganadora  inició el día veinte la quema de templos y entidades de la derecha. El Misteri de Elche se quedó sin templo y su madre hecha cenizas. Incendian Iglesias, entre ellas Santa María, El Salvador y San 

Juan”. 

Es el caos, dice Eloy, la guardia ha sido desalmada, hay palizas a políticos y terror por doquier. Azaña en el poder pero también Moscú.

A pesar de todo, Eloy continúa su labor por los pueblos para alentar a las gentes sobre esta catástrofe. Entre estos pueblos estaba Onil, pueblo al que tenía que ir a cumplir una promesa que había hecho antaño su familia. Le habían comunicado que no habían tocado la Iglesia de Nuestra Señora de la Salud.

Cuenta una anécdota que le pasó casualmente en Onil. 

“Onil tiene  muchas mujeres, los chicos de Onil las buscan de otros sitios, por lo que el número de solteras es terrible. Entre la juventud cuya amistad gane presto; había chicas, hijas de ricos fabricantes de muñecas. El hermano de una de ellas me espetó  ¿le gusta mi hermana? Pues sí me gusta, dice Eloy. Pues a mi hermana le gustas tú mucho y ya sabes que en casa somos muy ricos y vivirías aquí muy bien. Sí, es verdad que la chica es agradable pero yo tengo novia en Elche. Dijo Eloy. Pues no seas tonto que aquí las hay muy ricas y muy buenas que te dirían que sí”. 

Al comienzo de la guerra, Eloy se refugió en diversas ciudades porque le advirtieron de que en Elche corría peligro y que le cazarían. Estuvo en Cartagena, vuelta a Elche y de nuevo se refugió esta vez en Orihuela en la casa de un sacerdote llamado José Miralles, que era secretario del Palacio arzobispal. “José Miralles trajo de la curia grandes legajos de expedientes sobre irregularidades de sacerdotes y los quemó sin mirar ningún documento. La honorabilidad del clero estaba a salvo”. 

Cuenta Eloy”. El trece de agosto, noche de la Alborada en Elche, viajo en tren hacia Torrevieja. La noche es muy oscura y se  oyen disparos muy cerca. Al  bajar del coche, se acerca un sujeto y me dice que es peligroso salir fuera y que me llevaría a una posada para pasar la noche. Al día siguiente, salí  de allí a otra parte de Orihuela y adquirí en una confitería varios tipos de bandeja que puse en mi maleta para fingir que era  representante de comercio. Al llegar al punto indicado por el misterioso guía, veo la  Posada de San Antonio. Me acompaña al interior y dice: “Manuela, atiende a este señor que se va mañana”. Quiero darle las gracias, pero rápidamente había desaparecido y la señora más joven dice.- “¿Cómo ha venido usted tan solo esta noche?” entendí que nadie me había acompañado ni nadie había aparecido en la casa.  

Dormir fue imposible porque los tiros menudeaban. Los guardias civiles del puesto se hallaban rodeados de milicianos y al amanecer algo grave había ocurrido, el  cuartel había caído, adiós señora: El tren me llevó a Almoradí y tome una tartana para visitar Dolores. A mitad de camino, dos muchachos de unos quince  años con escopetas, detienen el carruaje, me hacen bajar y me piden la documentación. Levanto el puño y digo: “salud camarada”, y sin más sigo mi camino hacia una imprenta donde hay un amigo de Acción Católica que estaba muy preocupado y  dice que hoy vendrá de Elche mucha gente al entierro de víctimas del tiroteo de Torrevieja. Como han pasado dos días, vuelvo a Orihuela  de nuevo.

 Me hospedo en el hotel y ahí se halla don Esteban Zarco Moya, natural de   Cehegín,  sacerdote muy simpático que se haya preocupado por las circunstancias que han obligado a esconderse a muchos sacerdotes.

 Un recado de casa Miralles.- no venga, José ha sido detenido y encerrado en la cárcel. El suceso del prendimiento del sacerdote abrió una página de sinceridad.

 Le dije a María que no tenía dinero para pagarle la pensión pero, como no podía comunicarme con la familia, ayudaría a hacer las camas, cocina, etc. Caí bien y comencé a pelar patatas y limpiar con bicarbonato los  tenedores. Poco a poco fui siendo útil en encendido de los hogares con leña verde acoplando aire para que ardiera La leña.” 

Dice Eloy que  pasó muchas calamidades durante la guerra, que fue capeando como pudo. Afirma que se cumplieron muchos sueños que tuvo y ocurrieron milagros por sus ruegos y rezos. 

Dudas, sueños, Alertas.

He escogido algunos de los relatos que hace Eloy de sus dudas y sueños: “Aquella noche. Una cualquiera, vi claramente la visita de unos amigos que se presentaban en sueños para despedirse de mí, de nuestra amistad. Pocos días después, llaman a la habitación, era Aurora. – “Hay dos señoras abajo qué quieren verle”. Sí,-dije- es mi tía Olimpia y mi cuñada Joaquina. En efecto era ella. Les pregunte por los amigos del sueño y me confirmaron la muerte de ellos en la guerra. Me informaron de que Ezequiel, mi hermano, había estado en la cárcel por no decir mi paradero y se hallaba actualmente en el frente y corría mucho peligro por ser hermano mío.- ¿Qué se podía hacer, allí, para proteger a los míos y a los que nos protegían a nosotros? Cuando la oración es sentida, los frutos serán seguros. Y vayamos a los sueños. Claramente, vi a mi padre muerto en 1935, que pilotaba un extraño aparato con muchos mandos y que claramente decía que todo lo que tenía en sus manos era para protegernos. Que no recurriéramos a ningún personaje pidiendo protección que él desde su máquina aérea vigilaba. La angustia a pesar de la fe hace al hombre débil y hay que elevarse mucho para no caer en descuidos. Otra noche de inquietudes diversas por los míos y por mí mismo. Me hallaba en el interior de una profunda cueva y una pequeña mirilla en lo alto dejaba un hilo de luz y en un instante, una dama con ropaje azul de grandes pliegues, iluminada, sin saber por qué y por quién, avanzaba a la salida de la cueva moviendo la cabeza con signo de que la siguiera. Y siguiéndola, llegue a la entrada que a medida que avanzaba se hallaba de mayor tamaño y llegados a la luz sonrió la dama y desapareció. Los sueños confortantes con los de desesperanza, hacían meditar y al parecer todo se agrupaba a la mente por la esperanza de ver a los ausentes. Una noche de julio de 1938, el camarero había terminado el trabajo y entraron cuatro personas a cenar. Me convertí en camarero y al llegar a la mesa ocupada por tres hombres y una mujer, la mujer dijo.- “Hola Eloy”, disimulando la advertí que mi parecido con alguien de ese nombre era muy frecuente pero que me llamaba Luis y soy primo de la dueña.- Hizo un mohín de aprobación y dijo: “posiblemente me he equivocado”. Al terminar la cena la acompañé al piso para dormir y se lanzó abrazándome y besándome, a la vez que decía. Ya sabes Eloy cuánto te quiero y quiero que vengas a Elche. Era María. 

Una amiga de la familia, muy querida pero que se había torcido y se hizo miliciana o no sé qué. Aquella mañana llamaron al socorro blanco para que me sacara del hotel por si acaso venían a por mí.Al oscurecer, fui llevado a la calle de la Cruz, al lado de una Ermita, para vivir con la familia de un carpintero. Allí había cuatro refugiados. Un tal don José de Crevillente, dos hermanos religiosos y un muchacho de Dolores. Vivían además tres pequeños de la familia y la esposa del carpintero. Eran familias subvencionadas por el socorro blanco y allí comencé a pensar qué pasaría más adelante.En 1939, Falleció Pío XI, al que años antes visitamos en Roma, y a mi madre que entra con la noticia le dije que yo lo había soñado y que ya sabía el nombre del Papa nuevo, ellos sonrieron porque aún no se había celebrado el cónclave. Les di el nombre del Cardenal Pacelli y efectivamente así fue. Se nombró Pio XII”.

Apuntes de la familia Alonso.

El l3-XI-1987, Eloy escribió unos folios con unos apuntes  de la familia Alonso y otras con vinculación a esta.  De Isabel Alonso dice que era una “Dama de entonces”, muy rica y que tenía dos doncellas,  María y  Dolores, que eran fieles como perros. 

Era llamada por sus sobrinas la tía soberana. Isabel usaba peluca postiza y su esposo y un amigo fueron a París a comprar las pelucas. Su esposo Gervasio Torregrosa, era un industrial de la alpargata de Elche y tenía una buena situación económica.

A doña Isabel Alonso Fenoll, le gustaban las visitas y los resobrinos, entre ellos, yo. Íbamos a verla para entretenerla, ya que se pasaba el día junto a los cristales que daban a la corredera, en el salón de visitas y piano.

Como a cada crío que iba a verla le daba 10 céntimos, en mi visita me dio una peseta de plata para que le trajese el cambio. Mal lo entendí y me compré dos cucuruchos de Retall de Bescuit  de la confitería de enfrente y otras golosinas, lo que me valió él no darme nunca más una gorda.

Era propietaria de la casa vivienda donde habitaba, tenía también finca rústica en San Vicente (Cerca de Crevillente), en San Antonio del Llano de San José y en  Peña de las Águilas. Además, poseía un grupo de varias casitas de planta baja y pisos situada casi al borde del Vinalopó,   en la denominada  “Cuesta de Bonus” o sea una incipiente carretera o camino descendente para peatones y carros a la  que llamamos Rambla del Vinalopó, pocas veces con agua. 

Había unas casitas situadas  a la izquierda, propiedad de la Señora, que eran habitadas por prostitutas.

El cuñado, casado con Vicenta, era el notario de Santa Pola, Francisco García Breceli, que era el que administraba toda su fortuna.

Cuando murió Isabel,  en el testamento había una relación de objetos que la mandante difunta dejó.

Entre esos objetos, había un reloj de pared importado de París que poseo en casa sin que en  los cien años que tenía haya necesitado de ningún relojero. 

Se distribuyeron muchos objetos, y yo poseo lo que llamamos una bomba de cristal en cuyo interior hay un ramo de flores artificiales que pregonaban el buen gusto de las personas que lo adquirieron. La casa de la corredera fue vendida a Diego Maciá,  industrial con varias hijas. Una de ellas se casó con Francisco Pérez-Ojeda García, el cual habitó en esta mansión por algún tiempo, era procurador de los tribunales y oficial de la marina en Santa Pola, ya fallecido.

El hermano de Isabel, Vicente Alonso, era agricultor. Poseía una finca cerca del Palacio de Altamira en la cual se fabricaba chocolate y molía granos para pastos, una gran finca de muchos frutos y arbolado lindante al barranco llamado de fuego a dos kilómetros de Elche.

 En 1901, esta finca fue visitada por el físico francés Camilo Flammarion, con aparatos para estudiar el eclipse solar total cuyo centro precisamente estaba en esta finca. 

El sol quedó completamente cubierto con la luna. Las gallinas se fueron a sus gallineros al hacerse de noche. 

Hubo miedo, hubo admiración y hoy en la finca solo queda de recuerdo de aquella noche una pared con el azulejo de San Antonio y una lápida que recuerda el eclipse.

Vicente montó una tienda en el centro de Elche para la venta de sus productos y tomó por criado a un joven llamado Juan Arronis, que a la muerte del jefe se hizo cargo del negocio, con intervención de otro ilicitano llamado Francisco Brotons,  fundador de chocolates Brotons, con fábrica en Torrellano.

José Alonso, vicario con Propiedad de la Basílica de Santa María, si bien entonces no era Basílica. 

Este Vicario se concedió el uso de la Umbrela en las procesiones, especie de paraguas ante el cual iba un danzante tocando una campana como anunciando el paso de Jerarca u Obispo. 

Viajó a Roma el 31-VIII-1864 para solicitar una licencia de matrimonio de dos primos, al Papa Pio IX. Inició el viaje el 31-VIII-1864 y estuvo casi un mes. Aparte de otras cosas, trajo una Cruz de plata de doce centímetros de altura, hueca en su interior. Otra Cruz hueca que en su interior llevaba otra Cruz en cuyo centro venía el ligno  o leño de la Vera Cruz que por una providencia divina heredé de mis abuelos con el certificado de Roma.

Dice de la familia Arronis, con la que había cierta vinculación,  que tenían tres hijas, Juanita, Julita y Reinalda. Y por aquel entonces, tenían en frente de la Basílica, una casa señorial denominada Cosidó por habitarla un general.

En ella vivía la familia del general y el profesor Vicente Guirau, el cual en el ático o lo que llamamos falsa, tenía el Colegio de Santa María, de primera y segunda enseñanza. Este profesor tenía dos hijas y un hijo. Sebastián Guirau Ruíz,  contable de la Hiladora  Ilicitana y más tarde al casarse con la hija de un fondista, Joaquín Román, ella, Rosita Román seguía en el hotel que daba a la calle de Eduardo dato y otra entrada por la plaza del ayuntamiento, hotel Comercio, para ayudar como su hermano Joaquinito.

Por aquel entonces, muchos hoteles tenían en el comedor un piano que de vez en cuando daba un concierto incluido en el menú. Su hija Inesita se hizo profesora de piano y Asunción se lo pensó bien y se fue a monja. Al morir el profesor Vicente, la primera enseñanza la llevaba Francisco Espinosa Gómez, muy jovencito y que tenía relaciones con Josefina Jiménez, hija de un barbero practicante llamado “Pinto” de sobrenombre. El  maestro Espinosa, hijo de Miguel Espinosa, vivía en la calle mayor número veinticinco con sus padres, que eran porteros de una fábrica de alpargatas. Este portero, fue tartanero del carruaje de Gervasio Torregrosa y la familia de los Alonso, cuyo vehículo se guardaba con el caballo en este edificio.

Dicen que Gervasio, marido de Isabel Alonso, costeó la carrera de magisterio a Francisco Espinosa Gómez.  Recuerdo que cuando se celebraba el santo del maestro, nos llevaba en fila a su casa, cercana al colegio, para invitarnos a dulces y vino moscatel. Por diversas causas el colegio fue a menos y se cerró por las malas condiciones de habitabilidad.  Don Francisco entró como dependiente en la tienda de Arroniz. Al parecer, una de las hijas le hizo tilín y al fallecer el padre, en el día del entierro, le cogió la mano y en plena calle le dijo que jurará delante del cadáver de su padre de que se casaría con ella”.

Bibliografía: “Memorias familiares”: “Otras Historias, el País Misterioso”: “En honor a D. Eloy” publicado por  Ramón Ruiz Díaz en la revista Festa d’ Elig: “La Diócesis de Orihuela-Alicante en el Franquismo” por Mónica Moreno, en el Archivo General Lluís Vives.

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Subido por Luis Concustel… (no verificado) el Dom, 25/03/2018 - 19:48

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A través de la Academia del Sagrado Corazón, en un lateral del edificio de los antiguos Sindicatos, D. Eloy, apoderado del Banco Popular, dio clase a miles de jóvenes ilicitanos. Cuando le hicimos un homenaje, alrededor del 1990, le pedí libros de matricula. Me dio como cinco libros, cada uno de A a la Z. Estuve llamando uno por uno para invitarles. Cuando llegue a la letra G tuve que dejarlo porque se vino encima la fecha del homenaje. Tenia una foto que nos hicimos en el Restaurante Municipal, fue multitudinario. El trabajo de D. Eloy fue inabarcable, colocando a los miles de jóvenes que después de la jornada laboral iban a su Academia. Para mi fue un segundo padre. Le conocí en 1971 encauzado por personas que conocian de su fama. Le dije que venia de la Universidad de Sevilla, que tuve que dejar porque eran tiempos movidos políticamente y no podía gastarme la mitad de las 6.000 pesetas que mi padre ganaba sin garantías de acabar en tres años Arquitectura Técnica. En octubre de ese mismo año entraba a trabajar en Banco Popular. Para un examen de una plaza había ya un recomendado. D. Eloy entró en dirección y me incluyeron en aquel examen en Madrid, aprobando los dos aspirantes .Tengo alguna foto de este santo varón, Cuando falleció, después de un alzheimer doloroso, tuve el honor de ser elegido entre el grupo de sus mejores alumnos para comprarle la corona de flores. Durante su jubilación, fue padrino de mis hijos y antes en mi boda. Le visité frecuentemente en su casa de la Correora. Nos lo llevábamos los domingos a cualquier lugar y tuvo un sitio destacado en mi mesa siempre. Como patrono del Misteri yo sabia que cuando vivia en Madrid con su esposa compraba entre cosas varias, el oropel que se lanza. Tengo sus memorias, de como se escapó por los pelos el 18 de julio de 1936, por encontrarse fuera de Elche (era Jefe de Acción Católica). Saludos, Miguel. Hemos jugado al fútbol en el equipito de Alonso Sánchez Díaz, aunque yo me apuntaba a vuestra clase de gimnasia. Saludos afectuosos.

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