Datos biográficos
BAÑÓN RIZO, Dolores. Cantante. Participó en la inauguración del teatro de la calle del Piñón, el 3 de junio de 1865.
[267] Inauguración del teatro de Elche
A las 9 de la noche del sábado, día de santa Paula, 3 de junio de 1865, fue la inauguración del teatro construido en la calle del Piñón de esta villa; cuya primera función se celebró en la forma siguiente:
Después de dejarse oír las melodiosas armonías de la orquesta dirigida por D. Rafael Blasco, levantose el telón, y apareció una bellísima decoración de campo con una verja, en donde se veían una porción de jóvenes de ambos sexos, aficionados de esta población, con vistosos trajes, cuyo conjunto ofrecía el cuadro más lisonjero.
Precedido de la introducción de la orquesta, se cantó un himno alusivo al acto, música de D. Rafael Blasco Ripoll, y letra de D. Luis G. Llorente y de las Casas, cuyas estrofas fueron cantadas primero por la joven Dolores Bañón Rizo, y después por Rafaela Llorente, con los correspondientes coros de ambos sexos, bajo la dirección del referido Blasco.
En aquel delicioso momento, en que el teatro se hallaba profusamente iluminado y decorado con caprichosos adornos, una lluvia de composiciones en verso, impresas en hojas de colores, revolateaban [sic] por todo el recinto, y lindísimas coronas de flores naturales y artificiales se precipitaban a los pies de las cantatrices, que eran arrojadas desde los palcos y plateas, en medio del repetido aplauso.
Multitud de palomas, agitando sus alas, ayudaron a enriquecer más el espectáculo.
A seguida, se puso en escena la comedia de D. Luis Mariano de Larra, titulada La Cosecha, aplaudiendo a los actores.[1]
Y se dio fin con la pieza en un acto denominada Cada loco con su tema.[2]
El concurso fue numeroso, y la alegría asomaba en el semblante de todos, que celosamente aplaudían con verdadero entusiasmo, al ver, que, por primera vez, disfrutaban de aquel espectáculo en un nuevo teatro, que era los sueños de oro en los aficionados de Elche.
La función fue presidida por el alcalde D. Cayetano Belda y Troncoso.
Las composiciones poéticas que se arrojaron con entusiasmo en aquel espectáculo digno de memoria, son las que, a la letra, copio:
A la inauguración del teatro de la villa de Elche, mi querida patria, en la noche del 3 de junio de 1865
Ilice augusta, salud,
salud mil veces, oh, patria,
donde vi la luz primera
y donde pasé mi infancia.
Hoy viene a ti un hijo ausente,
llena de júbilo el alma,
a celebrar tus conquistas,
a unir su voz entusiasta
a las muchas que pregonan
en aquesta noche fausta,
la noble y gigante empresa
que hoy miramos terminada.
Aquí, donde no hace mucho,
sólo escombros se pisaba,
hoy, de bellísimas formas,
un templo al arte se abra:
templo que viene a llenar
aspiraciones sagradas,
y a demostrar a las gentes
que, a la sombra de las palmas,
la ilustración y el progreso,
hallan también su morada.
Templo, en el que han de lucir
mis simpáticas paisanas
su discreción y talento,
sus hechizos y sus gracias.
Tú no tienes gayas flores,
que el ancho espacio embalsaman,
ni frondosísimos valles,
ni pintorescas montañas,
ni deliciosos vergeles,
ni atronadoras cascadas;
pero en cambio, patria mía,
tienes palmeras gallardas,
con tronco esbelto y flexible
y con copas de esmeralda,
cuyo número infinito
a propios y extraños pasma,
y cuyo bello conjunto
nos ofrece un panorama
sin rival, en cuanto el sol
con su espléndida luz baña.
Tienes idolatra[do]s hijos
de inquebrantable constancia.
que guardan viva en su pecho
del entusiasmo la llama.
Tienes también municipios,
que celosos de tu fama,
ni sacrificios reúsan,
ni ante obstáculo se paran.
Tienes trasparente cielo,
tienes apacibles auras,
tienes recuerdos gloriosos,
tienes historia preclara.
Gózate, pues, patria mía,
gózate, hermano del alma,
al ver realizados hoy
los ensueños de tu infancia
y ya que, nuevo Colón,
supo encontrar tu eficacia,
en cada paisano nuestro
un católico monarca,
que te ayudara en la empresa,
que hoy miramos terminada,
dales tu placer cumplido,
dales solaz y enseñanza,
que ellos te darán un premio,
mil aplausos y alabanzas.
En tanto yo, con orgullo,
diré doquiera que vaya,
que, en el Reino de Valencia,
y escondida entre las palmas,
hay una villa dichosa,
que Ilice augusta se llama,
y que Ilice augusta es,
mi siempre querida patria.
M[iguel]. Ll[orente].[3]
Décima
¡Cuánto goza el corazón
viendo el entusiasmo ardiente
con que el pueblo impaciente
acude a esta función!
Tan noble satisfacción
debe ser desde este día
un lazo que nos envía
la Divina Providencia,
que estreche nuestra asistencia
con unión, paz y armonía.
Elche, 3 de junio 1865.
A Elche, en la noche de la inauguración del teatro
¡Salud jardín de Occidente,
de palmas, bosque encantado,
por las ninfas trasportado
de los vergeles de Oriente!
Ciña laurel a tu frente
del mundo la admiración,
en preciado galardón
al genio que en ti respira,
hoy que, en tu alegría se inspira,
la musa de Calderón.
3 junio 1865
B. Carrasco.[4]
En la inauguración del Teatro de Elche. Soneto
Esas puertas abrid ¡oh, ilicitanos!
pues de estrenar el templo llegó el día,
que a Melpómene, Euterpe y a Talía
alzasteis con esfuerzos sobre-humanos.
Tenemos a batir pronto las manos
y el corazón henchido de alegría
al ver que con primor hay todavía
quien recite los versos castellanos.
Remedios, Marianas i Llorentes
escuchad a las turbas vocingleras,
que aplauden vuestros labios elocuentes,
y, hasta en coro, las musas placenteras,
con himnos y cantares diferentes,
al murmullo lo harán de las palmeras.
F. E.
A Elche, en la inauguración del teatro
Eres blanca paloma que, de Oriente,
buscando el suelo de la patria mía,
para inspirar su ardiente fantasía,
vinisteis a posarte en Occidente.
Bajo tu cielo azul y trasparente,
que hace brotar raudales de poesía,
hay ojos que la Arabia envidiaría
y palmas que te arrullan blandamente.
Tus armas, tus jardines, tus amores
del dios del Pindo, en el altar se ostentan,
y, para hacer el culto más completo,
hoy ese templo elevas entre flores,
templo do los espíritus alientan
de Calderón, de Tirso y de Moreto.
3 junio 1865
B. Corradi.
A la inauguración del Teatro de Elche
Hoy en tu cielo, como limpia estrella,
que vierte luz y el entusiasmo inflama,
fúlgida brilla la esplendiente llama,
que Apolo irradia de su frente bella.
Entre las palmas, Ilice, descuella
templo que ofrece alumnos a la fama,
cuyo alto numen el saber derrama,
espanta el vicio y los delitos huella.
Tus nobles hijos, que su altar alzan
con fe constante y con tenaz porfía,
al culto que a su gloria consagraron,
premio hallarán, gozando la alegría,
que infunde, en los que amor le tributaron,
con su deleite plácido Talía.
3 junio 1865
N[icasio]. C[amilo]. Jover[5]
A la villa de Elche por la erección de su teatro. Soneto
Ostente Mantua en circo pavoroso
de gentil festival lidia sangrienta,
do inmensa turba, de gozar sedienta,
de España, olvida el nombre generoso.
Tú, más humilde, el seno laborioso,
discreta hurtastes a la pagana afrenta,
y al genio, en quien Jehovah su iglesia ostenta,
aras alzaste en templo decoroso.
Volarán a su ocaso las edades
del circo, luciendo las gigantes moles,
y vil polvo serán sus vanidades.
Y en tanto, los ingenios españoles,
cuyo culto enaltecen tus beldades,
radiantes brillarán, cual nuevos soles.
1 abril 1866
J. A. de los Ríos.[6]
[1] La Cosecha, comedia en tres cuadros y en verso (Madrid, Imp. José Rodríguez, 1863), de Luis Mariano de Larra (Madrid, 1830-1901).
[2] Cada loco con su tema: comedia original en un acto y en verso, de Francisco de Palacios y Toro (Madrid, Imp. Vicente de Lalama, 1853).
[3] Un exemplar d’aquest imprés es conserva en el Tesoro histórico compilat per P. Ibarra (AHME, sig. b/256-199).
[4] Un exemplar, en el Tesoro histórico compilat per P. Ibarra (AHME, sig. b/256-201).
[5] Nicasi Camil Jover (Alacant, 1821-1881), escriptor, periodista i historiador. Director del setmanari El Constitucional, acadèmic corresponent de la Història i autor, entre altres obres, de Reseña histórica de la ciudad de Alicante (1863).
[6] Un exemplar, en el Tesoro histórico compilat per P. Ibarra (AHME, sig. b/256-220).
FUENTE: CASTAÑO I GARCÍA (ED.), (2024), Noticias de Elche [1804-1873] de Josep Mª Ruiz de Lope i Pérez, Elche, Cátedra Pedro Ibarra, págs. 258-265.
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