Datos biográficos
AGULLO MARCO, FRANCISCO. (Elche 17-1-1918 – 9-5-1998). Químico. Conocido popularmente como el hombre del tiempo o Paco el Peix entre amigos y vecinos. Nieto de agricultores e hijo de comerciantes, Ramón Agulló Blasco y Asunción Marco Agulló. Fue el segundo de cuatro hermanos: Jerónimo, Francisco, Ramón y Diego.
A los 7 años de edad, contrajo una osteomielitis. Fue operado de la pierna izquierda –en aquella época sin anestesia- necesitando primero unas muletas y después una bota con suplemento que lo hacía inconfundible.
Acudió a la escuela que durante la década de los años 20 del siglo XX estaba junto a Santa María y a la Escuela Municipal de Pintura, siendo un alumno aventajado del maestro Rodríguez Clement. Durante su vida moldeó y pintó como entretenimiento.
Su defecto en la pierna le imprimió espíritu de superación. Fue gran deportista. Practicó anillas y natación. Hizo varias veces la travesía Santa Pola-Tabarca. Eran muy frecuentes las excursiones en bicicleta (adaptada para él con un solo pedal) a la montaña o la playa.
En su juventud, mantuvo amistad, entre otros, con Paco Muñoz (maestro nacional) Manolo Fuentes Jaén (ebanista) o el que más tarde sería meteorólogo de TVE, Eugenio Martín Rubio. Enviado por su padre, llevó pedidos en numerosas ocasiones a la casa de Pedro Ibarra, quien le invitaba a pasar para mostrarle sus cosas.
Durante la Guerra Civil no fue movilizado debido a su defecto físico, pero trabajó en la clandestinidad en el denominado Socorro Blanco, que trataba de auxiliar a los perseguidos por el bando republicano.
Estudio química analítica como acredita el título de diplomatura expedido el 12 de julio de 1946 por el Centro Español de Enseñanza por Correspondencia (Cedeco). Los primeros años, trabajó con un químico alemán huido de la guerra mundial que recaló en Elche. Tras varios años haciendo análisis de tierras y aguas, montó una pequeña empresa en la que hizo preparados, como el reconocido Quitamanchas El Peix, o específicos para el calzado. Durante esta época, como curiosidad llegó a destilar un licor de dátil, su formulación todavía se conserva en el archivo familiar.
Durante la posguerra, donde los niños trabajaban, enseñó a muchos de ellos a leer y escribir y atendió a todos aquellos que acudieron a él buscando asesoramiento y consejo. Con el paso del tiempo, acabó teniendo una buena biblioteca técnica y sobre naturaleza.
Persona muy familiar, contrajo matrimonio con Julia Verduzco el 19 de marzo de 1955, con quien tuvo cinco hijos: Ramón, Asunción María, José Andrés, Adelaida y Julia.
Fue gran seguidor de las tradiciones locales. Participó activamente en las fiestas de agosto, llegando a ser uno de los primeros organizadores de las fiestas del campo de Elche entre finales de la década de los 60 y principios de los 70 en la calle Andrés Torrejón. También participó en la organización de los primeros belenes vivientes a mitad de los años 60, así como en diversas cabalgatas de Reyes.
Fue una persona popular por varias facetas: observador local del tiempo, colaborador de diversos medios locales de comunicación, secretario de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, secretario de la Sociedad Agraria de Transformación (SAT) San Pascual y patrono local del Misteri.
En 1935, de la mano de su tío Agustín, participó por primera vez en la procesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno. El paso pertenecía al gremio de agricultores y ganaderos, al que estaba unido su familia. Su juventud y formación estuvo marcada por su pertenencia a Acción Católica. En 1940, dada su cercanía a los ambientes religiosos, el párroco de Santa María, Filiberto Aguirre Calero, lo designó para reorganizar la cofradía. Con fieles, antiguos cofrades y agricultores se recuperó la procesión del Viernes Santo en Elche. En 1945 se reestructuró la junta directiva de la cofradía, entrando a formar parte, además de los agricultores, el gremio de los sanitarios (médicos, farmacéuticos, veterinarios, etc) Fue nombrado secretario, cargo que ostentaría hasta finales de la década de los 80 del siglo XX. Fue el alma de la cofradía durante más de 60 años.
En 1949, ya mayor, el responsable de la estación pluviométrica que había en Elche, le ofreció a Francisco Agulló hacerse cargo de ella. Desde entonces, y hasta su fallecimiento 49 años más tarde, fue su titular. En 1950, la estación pluviométrica pasó a ser, además, termométrica con el número 8018-A. Todos los días, al menos en dos ocasiones, se registraban los datos que luego enviaba manualmente al entonces Centro Meteorológico Zonal de Levante. Registraba cualquier fenómeno extraordinario del clima, además de los datos diarios, creando un archivo personal sobre la climatología de la ciudad.
Atendía a los medios de comunicación cuando se producía algún fenómeno especial. Es de reseñar su colaboración con Radio Elche, en el informativo Silueta de la Ciudad de Elche, donde pasaba diariamente el parte del tiempo y el pronóstico. Con Canal 9, desde su fundación, diariamente transmitía los datos de Elche.
Siempre mirando al cielo, seguía las tradiciones de las costumbres locales como las cabañuelas. Era conocedor del refranero que señala el estado de la atmósfera. Organizó conferencias sobre el tiempo, a las que vinieron personajes como el popular meteorólogo de televisión, Mariano Medina.
Durante muchos años, colaboró facilitando datos del tiempo local a muchos estudiantes e investigadores. Acudió a distintos congresos de meteorología, donde hizo buenas amistades con profesionales de toda España. Fue reconocido varias veces como colaborador por el entonces Servicio Meteorológico Nacional, actual Agencia Estatal de Meteorología.
Amaba con intensidad la naturaleza y conocía el término municipal de Elche, su flora y fauna. Pasaba mucho tiempo en su faeneta, entre granados, limoneros y palmeras. Fue socio fundador y secretario de la SAT San Pascual, que llevó el regadío a la zona noroeste del término municipal.
Una tarea que le llegó tarde, pero a la que dedicó mucho tiempo, fue el Misteri. Nombrado patrono local en 1976, se encargó de los accesos a las terrazas y ventanales. Participó activamente en las decisiones tomadas por el Patronato durante cerca de 20 años. Entre otros trabajos, hizo un estudio sobre la variación de la temperatura y la humedad durante las representaciones de agosto en función de las corrientes creadas por la apertura de las ventanas.
Principalmente por su popularidad como hombre del tiempo, fue mencionado en diversas publicaciones de escritores locales y fue protagonista de distintos reportajes de prensa, radio y televisión locales.
Recién cumplidos los 80 años, y tras una larga enfermedad, falleció. Una asociación local, con adhesión de otras asociaciones y entidades promovió una iniciativa para poner su nombre a una calle.
Fuente: José Andrés Agulló Verduzco
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