El Concilio de Trento, finalizado en 1563, prohibió las representaciones teatrales en el interior de las iglesias. Desde entonces hasta principios del XVII a las autoridades eclesiásticas del obispado de Orihuela no les gustaba en absoluto que se representara el Misterio de Elche y tras la negativa constante del pueblo ilicitano a su prohibición iniciaron varios procesos judiciales para lograrlo.
Las disputas llegaron hasta el Vaticano, donde también tras varios procesos y litigios, el papa Urbano VIII , el 3 de febrero de 1632 proclamó un rescripto o bula en el que permitía expresamente la celebración de esa fiesta en Elche.
Cuando el obispo de Orihuela recibió la orden papal, la acató pero en una contestación excusaba su actuación:
“Lo que en dicha fiesta se prohibió y mandó en el mes de agosto del año próximamente pasado, por público edicto publicado en el púlpito de dicha Iglesia fue que en los días que dentro de dicha Iglesia se hiziese dicha representación se amedianase dicha Iglesia con un palenque hecho de tablas, de manera que los hombres estén separados y divididos de las mugeres, que dentro de dicha Iglesia no hiziesen meriendas ni se vendiesen cosas de comer ni bever, y esto se prohibió porque, a ocasión de la infinita gente que acude de todas partes a ver dicha fiesta y representación, estavan en dicha Iglesia tan apretadamente mesclados los hombres con las mugeres, que de dicha apretura todos los años se seguían mil deshonestidades y desvergüenzas, las cuales ocasionavan ariñas, y que dentro de la casa de Dios se derramase sangre y se hiriesen los hombres, y assimismo se hazían meriendas, comiendo en ellas hombres y mugeres, y tirándose unos a otros cosas de comer, con tanta profanidad como se suele hazer en los corros de toros o otras fiestas profanas, vendiendo para esto, dentro de la Iglesia, frutas, vino y agua”
Cap. 67 Bula del papa Urbano VIII
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Lugar
Elche
Autor
Onda Cero
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