MENDIOLA SÁNCHEZ, Vicente (Elche, 8-XI-1915 - 24-I-2006)
FUENTE: Francisco Moreno Sáez, AHPA. Legajo 9283.
Entrevista de Jaime Gómez Orts en su libro Ilicitanos de siempre I.
"Vicente Mendiola Sánchez nació en Elche, en la calle puertas Tahúllas, del Raval, el 8 de noviembre de 1915. Su periplo escolar lo comenzó en la Escola Els Conillets, de Els cuatre cantons, pasando progresivamente por la de don Crispín, Juan Hernández Rizo "Cucaleta" y Jaime Brotóns. A los 14 años comenzó a trabajar en el calzado, en la fábrica de José Antón "El Cabolo", labor que continuaría en otras diversas empresas a través de los años. El 22 de junio de 1941 contrajo matrimonio con Ramona Arabid Cantós, con la que tuvo cuatro hijos, tres varones y una hembra. Desde muy joven se inició en el teatro, primero junto a chicos de su edad y después en grupos teatrales ilicitanos y entidades culturales y recreativas. Entre ellas, Coral Ilicitana, Coral Casa Vella y Grupo Artístico del PSOE. Así, a través de toda su existencia llegó a representar 75 obras, de ellas, 33 sainetes y juegos cómicos en valenciano, y 42 zarzuelas y operetas. El 29 de noviembre de 1992 se le tributó un homenaje popular en el Gran Teatro.
Vicente Mendiola: "Como actor cómico, he tenido siempre el cariño de la gente". Nadie como él ha sabido provocar la carcajada en los escenarios ilicitanos, durante más de sesenta años.
Vicente Mendiola Sánchez es una de las personas que más risas, carcajadas y buenos ratos ha hecho pasar a los ilicitanos, a lo largo de sus más de 60 años de actuaciones en los escenarios como actor cómico. Un hombre de una vis humorística extraordinaria, cuya sola presencia provocaba hilaridad. Condicionamientos emanantes de su carácter abierto, de persona sencilla, afable, respetuosa, un auténtico hombre de bien.
¿Cómo ha discurrido laboralmente la vida de aquel chiquillo que a los 14 años comenzó a trabajar en la fábrica del “Cabolo”?
Estuve trabajando allí hasta el años 1933, en que pasé a la fábrica de Ripoll, donde permanecí hasta el 42, con el paréntesis de la guerra. Después trabajé en las de Ramón Sánchez, Machuca, Fluxá Berenguer, primero como desvirador, y en 1946 como encargado, hasta que cerró en el año 1962. Entonces monté un negocio propio con un cuñado mío, sociedad que duró un año, prosiguiendo en solitario hasta que tuve que cerrar en 1968. Pasé a trabajar como encargado de Jaime Ibarra, hasta la jubilación en 1979. O sea, una trayectoria muy corriente en los trabajadores del calzado que hemos vivido las diferentes etapas en que se ha ido transformando la industria ilicitana.
¿Cuándo le entró el “gusanillo” del teatro?
Desde bien joven, siendo un muchacho, prácticamente cuando comencé a trabajar. Un grupo de chiquillos, entre los que se enontraban Roque Nogueras y José Rodríguez, ya fallecido, empezamos a hacer los primeros pinitos en el patio de la casa del primero, un espacio muy amplio que habilitamos a base de mantas y sábanas que nos dejaron. Lo tomamos tan en serio, que llegamos a representar obras como Juan Tenorio. Poníamos las entradas a diez céntimos, y alcanzamos mucho éxito. Después, me buscaron un grupo de chicos ya mayores, que habían habilitado el porche de una casa en Alférez Cosidó, donde también actuaba mi hermana Josefina, y el director era José Rodríguez. Representamos los sainetes cómicos L´anell de boda y Cheperut i coixo.
¿Existía entonces un buen ambiente teatral entre la juventud?
Ocurría que entonces no había televisión, ni siquiera la radio, que estaba en sus albores, y la gente, mayores y jóvenes, se integraban en grupos teatrales, masas corales y musicales. A mi hermana y a mí nos vino a buscar el grupo de José García Pons, que trabajaba en el Teatro Llorente y en el Ideal. Después estuve con Manuel Arabid y con Paco Hernández, con el que representé el Cristo del poble, cuando tenía 18 años, en la entonces plaza de toros. A continuación, Vicente Jaén Lloréns "El Municipalet", y yo, formamos el grupo Jamendi, y al año siguiente pasé a la Artísitica Socialista, con Manuel Arabid y Domingo Morales, y entre las obras interpretadas, recuerdo muy bien Arriba los pobres del mundo, en que hacía el papel de sacristán.
Y llegó la guerra civil, que interrumpió aquellas inquietudes artísticas y de toda índole de los españoles.
Sí, fue un periodo de ingrato recuerdo, que truncó muchos proyectos. Una vez reincorporado a la vida normal, si es que a lo que tuvimos que padecer por aquellos años puede considerarse como tal, y vino a buscarme Josefina Sánchez "La Sastra", que fundó el grupo El Palmeral, en el que figuraba Constante Moreno como director, y en el que también estaba Teresita Ruiz "La Mañeta"!, hasta el año 1946, en que el grupo completo nos integramos en Coral Ilicitana. Allí permanecí a lo largo de casi 30 años, y donde realmente desarrollé mi mayor actividad teatral, tanto en los sainetes cómicos en valenciano, como con zarzuelas y teatro en castellano. Yo le debo mucho a la Coral, y no me recato en decirlo, ya que a través de esa larga etapa se me ofreció la oportunidad de dar todo cuanto podía realizar.
Labor concretada en un montón de obras representadas.
Es verdad que fue una etapa muy pródiga, con muchísimos títulos, que así que me vengan a la memoria, podía citar La Reina Mora, que hice el papel de Miguel Ángel, El sastre que no es sastre, Katiuska, La del Soto del Parral, Me llaman la Presumida, en que interpreté a Don Basilio, el papel principal de la obra, un gran personaje, fotógrafo picarón, papel que guardo mi más grato recuerdo. Y también La del Manojo de Rosas, La Alegría de la Huerta, Los Gavilanes, Gigantes y Cabezudos, La Canción del Olvido, Los Claveles, La tabernera del puerto y en fin, muchas otras más.
Tras el desafortunado cierre de la Coral, ¿hacia dónde encaminó sus pasos?
Me integré en otra nueva asociación que surgió, la Coral Casa Vella, interpretando un buen número de sainetes, tales como Colombaire de profit, Tot lo que Relluís, Per la fam de heretar, Quelo Chufeta, La conferencia, que precisamente estrené en Elche en uno de aquellos grupos juveniles antes de la guerra, y también intervine en algunas zarzuelas. Después al desaparecer me pasé a formar parte del Grupo Artístico PSOE, interpretando varias obritas en valenciano, y la zarzuela Los Claveles. Estuve hasta el año 91. También tuve la oportunidad de pasar al campo profesional. Primero en el 52, cuando se retiró Codeso del trío que formaba con Zori y Santos, y con intención fui muy bien recomendado a Madrid, pero me volví de la misma puerta, sin llega a hablar con ellos. Después, Pedro Terol, con el que hice La del Soto del Parral, en Orihuela, quiso llevarme con él, pero no accedí. La verdad es que me tiraba mucho la familia.
Muchas obras y muchos escenarios pisados.
Aquí en Elche, aparte de los teatrillos improvisados, la plaza de toros, el Ideal, Llorente, Avenida, Alcázar, Victoria, Parque Municipal, Gran Teatro, donde precisamente fui objeto de un maravilloso homenaje popular, el 29 de noviembre de 1992, organizado por la comisión de fiestas Puente de la Virgen, y además actué en el papel de Nelo Bacora. Fue una jornada imborrable, nunca había pensado yo que tanta gente se volcara en mi persona. También actué en muchas partidas rurales y en otras poblaciones de la provincia, capital incluida.
En tantos años de actuación le habrán ocurrido muchas anécdotas.
Para llenar un libro. En una ocasión se vio la oportunidad de actuar en el cine Victoria, que como se recordará era de verano. Al proponérselo a la persona encargada, Niñoles, respondió que la sala únicamente la llenaba Paco Hernández. Cuando se me informó de la respuesta, dije que yo me hacía cargo de la diferencia hasta el lleno si no llegaba producirse. Actuamos, se llenó hasta los topes y ya no hubo más pegas. La verdad es que siempre he contado con el cariño de la gente, lo que me conducía a sentirme como pez en el agua. Eso sí, como actor cómico, que si alguna vez pensé cambiar a serio, lo dejé estar en seguida. Tan sólo en una ocasión hice dos escenas, en el papel de médico de Les últimes flors, y la verdad es que no me veía dentro del personaje, no se ajustaba a mi carácter".
Nuestro agradecimiento a Luis de Castro por habernos facilitado la biografía y fotografías de Vicente Mendiola Sánchez. Igualmente, Nuestro agradecimiento a Manuel Aguilar.