GUILLÓ PELEGRÍN, José (Elche, 1935). Hijo de Andrés Guilló Pascual y de Rosa Pelegrín Llorca. Casado con Concepción Javaloyes, padres de tres hijos. Regento un popular comercio de ultramarinos en la actual plaza del Raval que administró hasta su jubilación en el año 2001. Negocio legado de sus padres que a su vez lo habían heredado del abuelo paterno y cuya denominación coloquial alternó entre la tienda del tío "Pepe Gros" o la de "Vicenta de creïlles", este segundo calfiicativo es debido a que en su germen este tubérculo era la básica mercadería a la venta. Pepe Guilló y esposa, él desde su tierna infancia; rememora ver su primer montaje teatral con apenas ocho años y ella tras su casamiento (1961) con él, son unos extraordinarios aficionados al teatro. Apabulla la precisión de su memoria, capaz de recordar infinidad de montajes teatrales; sus repartos y las dramaturgias a las que ha asistido como espectador a lo largo de su existencia. Posee una amplísima colección de programas de mano de los espectáculos, en sus más diversas configuraciones: óperas, zarzuelas, comedias, dramas, etc. Siendo por ello, tanto sus recuerdos y sus documentos, fuente de investigación e información de la época, 1945-1980, para curiosos y doctos en la disciplina. Reseñamos una publicación física en la col.lecció "carrer del comte" de la Cátedra Pedro Ibarra cuyo autor es Juan Rodenas Cerdá: "La revista musical y las variedades en elche (1950-1975)" escrita a partir de "... la valiosa colección privada ... de D. José Guilló". Igualmente es de interés su extensa, por variada y extensa biblioteca teatral de afamados autores universales; en concreto una colección del año 1965, denominada "Colección Teatro", de la cual es muy probable que sea de los pocos poseedores que tenga la totalidad de los números que se publicaron.
Entre la infinidad de remembranzas vividas en su vida, reseño el recuerdo anecdótico siguiente: prestando el servicio militar en Barcelona a la edad de 18 años y debido a su ajustada economía y ante su fervor por asistir al teatro, se decidió por la formula, frecuente por entonces que los empresarios teatrales utilizaban para ayudar a sus producciones en éxitos en la taquilla. Estos proponían a cambio de una menor cuantía en la compra de la entrada, que el adquiriente debía durante el desarrollo del espectáculo permanecer atento a sus indicaciones y aplaudir a la señal de este cuantas veces les fuera requerido. Fue así como durante los años de prestación patriótica pudo, como espectador, presenciar los inicios de las carreras artísticas de los prodigios de la escena teatral española, en la actualidad astros desaparecidos pero que conforman la historia cultural del país.