Mi abuela Vicenta nació en 1927 en un pueblo llamado Membrilla, situado en el corazón de La Mancha, en la provincia de Ciudad Real. Sus padres tenían una pequeña tienda donde se vendía de todo: vino, legumbres, sardinas saladas, albarcas, harina, etc. Además contaban con un puesto en el mercado de abastos del pueblo. Pudo asistir a la escuela y aprendió a leer y escribir y un poco de matemáticas pero nada más. Así es que, como era muy común en aquella época, aprendió a coser y se acabó aficionando a la costura, así que se hizo modista desde muy jovencita. Al estallar la guerra comenzó la escasez de muchas cosas habituales en las casas y tampoco tenían dinero para comprar nada. Esta falta de recursos llevó a mucha gente del pueblo a canjear sus productos por otros que necesitaran. A esto le llamaban "estraperlo", así creo recordar que contaba mi abuela. Ella misma, en más de una ocasión, lo practicó. Iban varias muchachas por el camino hacia una localidad cercana llamada Manzanares y allí cambiaban sus productos (bobinas de hilo, bolsas de harina, etc.) por otras cosas que hubiera allí y ellas necesitaran. Esta acción entrañaba mucho riesgo, pues si algunos miembros de las milicias se daban cuenta, podían quitarle la mercancía o cosas peores. Mi abuela pasó por una situación muy desagradable durante la guerra y la inseguridad que reinaba en el pueblo y alrededores era muy grande, pues quemaron las iglesias y hubo mucho miedo y mucho rencor entre los vecinos de toda la vida. La genta parecía volverse loca.
Ella siguió con su afición por la costura y consiguió hacerse una gran modista, hasta tal punto que otras muchachas del pueblo acudían a que las enseñara a coser. Por fin acabó la guerra y la gente intentaba recuperar su vida. Fueron años muy duros, los años de la posguerra que fueron los años del hambre. Debido a la situación de miseria del país y la escasez de trabajo muchas personas abandonaron los pueblos y emigraron a las ciudades e incluso a otros países en busca de un modo de ganarse la vida. Fue más o menos por aquella época cuando mis abuelos se conocieron durante la celebración de unas fiestas del pueblo. Después de unos cuatro años de noviazgo decidieron casarse pero, casualidades de la vida, murió el padre de mi abuela y no estaba bien visto que se casara en esas circunstancias así que tuvieron que guardar el luto correspondiente bastante tiempo más.
Por fin se casaron, mi abuela de negro por respeto a lo de su padre. Previamente mi abuelo José ya se estaba haciendo cargo de la tienda y del puesto del mercado que había heredado de su suegro. Allí además de confeccionar los vestidos para sus clientas, impartía clases de costura a las jovencitas del pueblo. Mi abuela era muy conocida y querida allí. Muchas mujeres se casaron con vestidos hechos por mi abuela Vicenta. Y así continuó hasta que unos años después tuvieron descendencia, cuatro hijos concretamente. Mi padre fue el tercero de los cuatro hermanos. El hermano mayor, después del colegio, también ayudaba a mi abuelo en las tareas de preparar el género de la tienda y del puesto, apenas pudo ir al colegio unos años. La hermana de mi padre a corta edad ya ayudaba a mi abuela en el cuidado de los pequeños (mi padre y su hermano pequeño) mierntras ella cosía hasta bien entrada la noche. Cuando el menor de los hijos apenas tenía unos meses, en enero de 1967, debido a problemas de salud por parte de mi abuelo y aconsejados por el médico, emigraron hacia Elche en busca de una nueva vida.
Vendieron la casa y la tienda del pueblo y mis abuelos compraron una vivienda en Elche donde se trasladaron a comenzar de nuevo. Mi abuelo consiguió trabajo en "La Zapatillera" una antigua empresa de calzado muy importante en aquellas época. Mi abuela siguió desempeñando su oficio de modista y poco a poco se fue dando a conocer y sumando clientas. Contaba con la suerte de que muchos de sus paisanos también vinieron a vivir a Elche. Fueron tiempos difíciles para el matrimonio con cuatro hijos que acababan de cambiar de estilo de vida, de vivir en un pueblo pequeño a vivir en una ciudad industrial. Durante unos años todo fue más o menos bien, mis abuelos trabajando, su hijo mayor también comenzó a trabajar a los 12 años. La hija ayudaba a mi abuela con la costura y en las tareas de la casa y mi padre y el hermano pequeño iban al colegio. Con el paso de los años mi abuelo tuvo que dejar el trabajo a causa de una grave enfermedad que le obligó a jubilarse a temprana edad. Mi abuela volvió a la costura después de año y medio dedicada al cuidado de mi abuelo. Durante ese tiempo estuvo ingresado en un hospital de Valencia. Todo parecía irle mal a su salud pero, afortunadamente poco a poco se recuperó.
Autor: David Ballesteros Campaña. 4º ESO C. IES La Torreta. Curso 2017-18.